Por María de Álvaro:
El Papa cambia cada verano El Vaticano por Castelgandolfo; los Reyes, Madrid por Marivent, y Sarzozy pasea su mala leche por New Hapshire en vez de por París. O sea, que las capitales se mueven en agosto y ahí está la solución a esta gravísima crisis institucional en la que, oh cielos, nos vemos envueltos los asturianos, a los que ya no nos preocupa la hipoteca ni el mal tiempo. Solo dónde está la capital del reino. O más concretamente del Principado.
Con el ánimo de hacer algo por esta nuestra comunidad autónoma propongo que el Gobierno regional traslade temporalmente su sede, un suponer, al Revillagigedo. No hay necesidad de gastar un duro ni de acondicionar nada. Si acaso tapar con unas sábanas los cuadros expuestos no vaya a ser que los estropeen. La cosa es bien fácil. Se cierran el edificio de la Junta y el de Presidencia por vacaciones y se abren unas oficinas en el palacio y la colegiata. El ciudadano, claro, no va a notar nada. Como siempre. Pero los afectados, políticos y funcionarios, van a estar encantaos escapando un poco a la playa a mediodía y tomando unes botellines en la plaza Mayor al caer la tarde. Si es que al caer la tarde hay alguien que todavía esté trabajando.
La solución, lo sé, es absurda. Tanto como la polémica del verano. ¿De verdad en la calle Uría o en Ventanielles hay alguien preocupado por el presunto robo de la capitalidad? ¿En serio alguien en Corrida o les mil quinientes sufre por no poder ir andando hasta la Consejería de Infraestructuras? ¿Y, sobre todo, por qué nuestros queridos representantes públicos no marchan a tomar el aire a Castelgandolfo, Marivent o New Hapshire y vuelven un poco más despejados para empezar en setiembre?