“Hay veces que la vida sigue sin mí y ni siquiera se entera”. Me lo dijo esta mañana Berta Piñán. Se lo leí debajo de un pino. Tumbada. Y pensé que otras veces soy yo la que sigue sin que la vida se entere. Porque no importa. Porque soy yo la que no se entera de si el mundo sigue girando o no. Porque no importa. Porque debajo de este pino, tumbada, descubro que hay veces que ser feliz es la cosa más fácil del mundo.