Leo a Ovidio Sánchez o, mejor dicho, leo lo que ha dicho Ovidio Sánchez y sospecho que se ha pasado al PSOE. O igual no tanto, pero que está de acuerdo con su política económica seguro. O, por lo menos con aumentar la edad de jubilación. De eso no hay duda. El presidente del PP en Asturias es al partido lo que el corcho al barreño de agua. O al calderu. El presidente regional del PP siempre flota. Y lo mismo le parece bien que le estalle una guerra en la junta local de Gijón, porque eso es que hay democracia interna, que está encantado con que le busquen sustituto. Ahora resulta que a Ovidio Sánchez la vuelta de Cascos, o -perdón- la presunta vuelta, le parece ilusionante.
La semana pasada decía Ovidio Sánchez que pretender que el ex ministro se presentase como cabeza del lista por el PP en el Principado era como intentar traer a Messi al Oviedo. Y ahora da la sensación de que se ve en el Tartiere lanzándole balones para que remate. Da la sensación de que Ovidio Sánchez lo mismo le pone el puente de plata al enemigo que huye que al que llega. El caso es seguir siendo al partido lo que el corcho al barreño de agua. O al calderu. El caso es seguir flotando.
Y mientras tanto, en el otro lado, más que la crisis se empieza a tener miedo a los controles de la Guardia Civil. Menos mal que siempre nos quedará el Almodóvar para salvar el mundo. Que pena que sea de Calzada de Calatrava y que eso pertenezca a Castilla-La Mancha.