Trabajo mañana porque no creo en huelgas convocadas “para después del verano”. Trabajo mañana porque me resulta inútil protestar contra una ley cuando la ley está aprobada y no antes. Trabajo mañana porque no sé dónde estaban los convocantes hasta ahora. Trabajo mañana porque creo que los trabajadores tenemos derechos, no prebendas. Trabajo mañana porque cuatro millones de españoles no podrán hacerlo y nadie convocó una huelga por ellos. Trabajo mañana porque me gusta poco que opinen por mí. Trabajo mañana porque me encanta ser irresponsable, pero en mi tiempo libre. Trabajo mañana porque vivo en el mundo real, no en la realidad que a mí me gustaría vivir. Trabajo mañana, en definitiva, porque quiero trabajar mañana. Y espero que nadie utilice sus derechos, legitimísimos, no faltaba más, para avasallar los míos.

PD. Trabajo mañana, sí, y no es que me esté equivocando de fecha o convocando un 28-S alternativo, es que los señores de las centrales sindicales han decidido que los trabajadores de la prensa nos quedemos mañana en casa para que el miércoles no haya periódicos. Pues yo trabajo.