Creo en el orden del caos, más por supervivencia que por convicción. No sé si diría que mi vida es un caos, pero mi espacio de trabajo, sin duda. Tenía una compañera de mesa que me llamaba ‘el Estado de Israel’, por mi desorden de carácter invasivo. Ahora, que me he quedado sin compañera de mesa, convivo con una tonelada y media de libros y otra de periódicos y revistas que me van enterrando poco a poco, me van comiendo. Entre los montones de papel, hoy lleva toda la mañana mirándome Iwao Hakamada. Y yo mirándole a él. Resulta que este tipo, portada de revista, es la persona que más años lleva en el corredor de la muerte, 42. Le acusaron de matar a una familia entera y hoy hasta el juez que firmó la sentencia sostiene que es inocente, pero ahí está, mirando para mí y yo para él sin saber ninguno de los dos qué decir; tan ajena a Iwao como Javier Fernández a Riopedre, puede que no tanto, porque él me mira y yo no soy de cartón piedra, y más “perpleja” que Areces con el encarcelamiento del ex consejero.