>

Blogs

De risa

Como el marqués de Bradomín, me confieso católica. Fea y sentimental, depende del día que tenga; apostólica, no tanto, que soy poco de imponerme y de dar la brasa a mis semejantes, y romana, pues menos, que nací en Gijón, aunque no me importaría vivir en Trastevere. Lo digo porque supongo que no es delito, ni decirlo ni serlo, de la misma manera que diría que soy atea, musulmana, judía o hasta de la Iglesia de la Cienciología y amiga de Tom Cruise si se diera el caso. Y lo digo también para dejar claro que, por lo que a mí respecta, el vídeo que ha sentado hoy a Javier Krahe en el banquillo es de todo menos ofensivo.

Dejar de reírse de uno mismo es el primer paso para dejar de reírse en general y, como todo el mundo sabe, el humor es la expresión máxima de inteligencia, además de la principal diferencia entre animales y humanos, hienas incluidas, porque, como todo el mundo sabe también, las hienas no se ríen, aunque lo parezca, y en esto se parecen mucho a algunos humanos. Que se haya montado la que se ha montado por esos minutos en los que se unta una figura de mantequilla, represente lo que represente para millones de personas entre los que -insisto- me inscribo, y se concluya que al tercer día de horno el plato estará listo y saldrá solo -porque no dice más, absolutamente nada más- dice, eso sí, tanto de nuestra civilizadísima sociedad como la fatwa a Salman Rushdie o las condenas a las viñetas de Mahoma de esa otra sociedad a la que tanto nos gusta criticar por fanática.

“No permitas que me tome demasiado en serio esa cosa tan invasora que se llama ‘yo’”, dejó dicho Tomás Moro, el santo que da nombre al centro de estudios jurídicos que ha interpuesto la denuncia. Es una pena que sus propios discípulos le hayan hecho tan poco caso.

Temas

por María de Álvaro

Sobre el autor


mayo 2012
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031