Hay signos del fin de la civilización de Occidente y luego están las metáforas, metáforas que explican tan bien este final anunciado como aquella que estudiábamos en EGB cuando todavía había una o dos lecciones en Lengua con el título de ‘figuras literarias’. Sí, aquella de que los dientes que son blancos, son dientes de marfil. Gráfica, ¿verdad? Pena de ESO… Pero, al grano, a lo que iba es que a que hay signos del fin de la civilización de Occidente y luego están las metáforas. Y una es una región completa, con su millón de habitantes y su todo, aislada de la meseta durante cuatro horitas de nada por la aparición de un par de paquetes de presunta Goma 2. Un par de paquetes que no sabemos si colocó el Coyote o Correcaminos, pero que tenemos clara la procedencia: marca Acme. Un par de paquetes casi tan falsos como el reloj de Louis Vuitton modelo manta que lucía uno de ellos entre palos de madera y trozos de cartón. El caso es que no digo yo que el empleado de Aucalsa que se encontró con el pastel mientras limpiaba no hiciera bien en hacer saltar todas las alarmas. No. Cortar una autopista durante cuatro horas es otra cosa, y bastante seria, sobre todo si es la única que nos comunica con Madrid por menos de 500 euros ida y vuelta ahora que Iberia se ha echado al monte, y no hablo precisamente de Santiago del idem, lugar, donde como todo el mundo sabe está el aeropuerto de Asturias y no en Ranón. Ni en Oviedo, si me perdonan este irracional arrebato de sangre playa.
El cierre de la autopista del Huerna por un par de bombas de juguete es la perfecta metáfora del país de Mortadelo que somos. Y lo mejor de la intensa tarde del miércoles, las imágenes de algún responsable político con cuyo nombre me pasa lo mismo que a Cervantes con el lugar de la Mancha, un responsable político, en todo caso, dando explicaciones en eso que se llama el ‘lugar de los hechos’ que no hubiese firmado ni el Super Intendente Vicente, hombre dado a hacer el ridículo sin problemas. Menos mal que ninguno de los Tedax llevaba barba y nadie los confundió con el doctor Bacterio.
Pa’habernos matao. Aunque las bombas fueran de tebeo.