La apuesta de la dirección regional del PP por Isidro Fernández Rozada para encabezar la candidatura al Congreso de los Diputados es de libro. Frente al intento de aupar a Pilar Fernández Pardo al número uno de la lista, la respuesta de Ovidio Sánchez por el más clásico de los valores de la casa resulta obligada. Para entenderlo hay que reflexionar sobre los intereses de la dirección regional, preocupada porque nada altere el statu quo del PP asturiano, una organización acostumbrada a vivir en la oposición, a remolque de los acontecimientos. La excepción es Oviedo, dónde llevan dieciséis años gobernando los populares, porque el PSOE no estuvo muy interesado, en su día, en retener la alcaldía. Las torpezas de los socialistas en Oviedo son equiparables a los errores y las inhibiciones del PP en toda Asturias.
Poner a Pilar Fernández Pardo a luchar por la candidatura asturiana del PP, rompiendo con la inercia de los dirigentes regionales de su partido, acostumbrados a cumplir con el expediente como meros teloneros en los mítines de Rajoy, supondría una revolución dentro del PP. Basta ver lo que está pasando, con el Gobierno regional contra las cuerdas, viendo cómo IU logra tramitar proposiciones de ley contrarias a sus intereses. Desde que se inició este curso político, la política asturiana es una lucha entre el PSOE e IU, con el PP de mero espectador, limitándose a votar las propuestas de IU. ¡Vaya papelón para un partido que es la alternativa de gobierno!
Rozada es el artífice del PP asturiano, el político que forjó la organización. Rozada es un valor del pasado, un dirigente ligado a la lucha política contra los gobiernos de Pedro de Silva y Rodríguez Vigil. Pero a Ovidio Sánchez le resulta útil, porque nunca le va a hacer sombra y se limitará a cumplir con su papel en Madrid. Además, Rozada está excelentemente relacionado con Álvarez-Cascos y hace muchos años que pactó un modelo de coexistencia con Gabino de Lorenzo. Los sobreentendidos en los que se apoya el PP regional, un partido lastrado por su dificultad para ganar elecciones, quedarían rotos con la llegada de Pilar Fernández Pardo. Ni al PSOE gobernante ni al PP opositor ni a la misma IU interesa la promoción política de Fernández Pardo.