La prórroga presupuestaria ralentizará la ejecución de los proyectos de gobierno, siendo la concertación social uno de ellos. Si la devolución de los presupuestos no supusiera ningún contratiempo para la acción del gobierno, aunque sea al menos de carácter temporal, significaría que daría igual aprobar las cuentas que rechazarlas. El acuerdo de la concertación social, que expira ahora, tuvo una cobertura presupuestaria de 730 millones de euros, así que cualquier cantidad que supere este monto deberá ser aprobada a través de una modificación de crédito con cargo a mayores ingresos, lo que implica la autorización previa de la Cámara para disponer de esa partida. Esa mecánica hay que seguirla con todas las actuaciones que no estén contempladas en los Presupuestos del Principado de 2007 o con aquellas otras cuya cuantía económica supere la contenida en las cuentas del presente año. En resumen, tramitación parlamentaria para cada actuación y obligado acuerdo parlamentario para cada partida. Eso es la prórroga.
Todavía no ha sido votada la enmienda a la totalidad de los Presupuestos del Principado, presentada por IU, y el Gobierno ya se muestra receptivo a la propuesta de IU de negociar desde cero un nuevo proyecto presupuestario en los próximos meses. Hay tiempo para ello, ya que durante el primer semestre del año se pueden aprobar unas nuevas cuentas regionales. Otra cosa es que resulte políticamente conveniente embarcarse en esa operación. Una vez que las cuentas presentadas por el Gobierno se rechacen en la Cámara, lo lógico es que el Ejecutivo se disponga a gestionar la prórroga, presentando a los grupos de la oposición las modificaciones de crédito que crea más convenientes. Ponerse a elaborar otro presupuesto resulta muy complicado, porque IU volvería a poner sobre la mesa sus reivindicaciones sobre el embalse de Caleao, la incineradora de Serín, las ayudas a las hipotecas, las trasferencias de dinero para que los emigrantes puedan cobrar salario social, etcétera. Y todo ello envuelto en el ambiente de la confrontación electoral más caliente que ha conocido este país durante la presente etapa democrática. En política sólo se puede soñar cuando se gobierna desde la mayoría absoluta.