El congreso del PSOE ha quedado abierto con un discurso de Zapatero en la línea de los parlamentos de Obama: generar ilusión sin entrar en concreciones. Con la actualidad llena de cifras negativas, el secretario general de los socialistas habló en términos espirituales de “un país en el que se puede confiar”. Para Zapatero el optimismo es un pecado venial, mientras que el pecado mortal consiste en ignorar nuestras propias fuerzas. Es la primera vez que apela Zapatero al concepto de pecado. Desde que empezó la crisis económica, el presidente del Gobierno está empeñado en sonreír ante la adversidad, convencido de que la economía se mueve por percepciones psicológicas, y de que el pesimismo de un presidente se traduce en el pánico del inversor y el retraimiento del consumidor. Sin negar la influencia de los mensajes públicos en la economía, no se puede olvidar que en la sociedad de la información es difícil ocultar cómo marcha un país. Por mucho que se empeñen el presidente del Gobierno y el ministro de Economía, nadie se cree que la inflación va a remitir al final de año ni que estamos inmersos en un bache que durará un par de ejercicios. El optimismo oficial deja de tener efecto cuando se distancia por completo de la percepción real de los ciudadanos. Con discursos líricos se puede ganar congresos y triunfar en elecciones, pero no se vence la crisis económica. La realidad del mercado es muy tozuda.

En el congreso del PSOE hay 995 delegados, con una edad media de 43 años, que están preparados para renovar en un 50% la composición de la Ejecutiva Federal. En la próxima dirección habrá más jóvenes y más mujeres. La experiencia ha dejado de ser un valor para convertirse en un lastre. Hace falta savia nueva que sepa entender los desafíos de la sociedad del siglo XXI. Sobran los viejos keynesianos, los militantes capaces de leer libros de cientos de páginas. Es tiempo de miembras y presentaciones en formato “PowerPoint”.

El barril de petróleo se acerca a los 150 dólares, pero toca hablar de sedaciones. Hay 370.000 parados más que hace un año, aunque lo más grave del mercado laboral es el “mobbing”. La venta de coches bajó en un 30%, mientras siguen estando llenas las calles y los delegados aplauden en el congreso. No hay duda: la vida es bella.