Tras la Nochebuena, llegan las reacciones políticas a la entrevista entre Areces y Zapatero. Alejandra Cuétara, del PP, asegura que la reunión fue de relleno, porque lo único importante para el Gobierno es el diálogo bilateral con la Generalitat. Tiene razón Cuétara al asegurar que Cataluña es el interlocutor privilegiado del Gobierno, pero no pueden calificarse de relleno las entrevistas con el resto de comunidades, porque sin atender parte de sus demandas no habrá pacto sobre la financiación. Si la asunción de las aspiraciones catalanas constituyera la única referencia para el Gobierno, el nuevo modelo de financiación autonómica estaría aprobado hace mucho tiempo. El famoso sudoku de Solbes dejaría de ser tal si pudiera resolverse con la doctrina de Montilla.
Desde IU se ve con preocupación que presidentes de distinto signo político, como Aguirre y Montilla, coincidan en las premisas que quieren introducir en el sistema de financiación. La convergencia entre presidentes autonómicos del PSOE y del PP puede dar lugar a la plasmación de «una España de dos velocidades», según IU. Este asunto tiene verdadero calado y por eso merece una reflexión.
En política los intereses son siempre más fuertes que la ideología. Cuando se analiza con detalle, hasta los líderes con una dimensión ideológica más acusada se mueven más por intereses materiales (mantenimiento del poder, vínculos económicos) que por postulados ideológicos. Por eso hay que ver como normal que los gobiernos de los territorios más ricos (Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares) formen una liga en función de sus intereses. Ahora bien, esa división de ricos y pobres se plantea a partir del discurso de la ‘fatiga fiscal’, escenificado por Maragall (la figura más dañina para el socialismo habida en España desde la Guerra civil) y aceptado por Zapatero. El día que la política española se empezó a ver desde la lógica de territorios diferenciados quedó dibujada la España de dos velocidades. La advertencia de IU no deja de tener su toque simpático, porque sólo tiene dos diputados en el Congreso: Llamazares y un señor catalán que trabaja a tres turnos por los privilegios de Cataluña.