Ovidio Sánchez propone la consecución de un pacto entre el PSOE y el PP para garantizar la solidaridad territorial. El presidente del PP regional considera que la receptividad mostrada por el ‘número dos’ del PSOE, José Blanco, a las críticas de la Generalitat demuestra que el Gobierno se plegará a las tesis catalanas sobre el modelo de financiación autonómica. Ovidio Sánchez ironiza sobre el liderazgo de Vicente Álvarez Areces para defender las tesis de las regiones pobres porque, según el presidente del PP, tanto Areces como Javier Fernández han recibido la orden de callarse la boca, y serán obedientes a su partido.
Un acuerdo entre los dos grandes partidos para fijar el modelo de financiación autonómica sería muy beneficioso para todos los que creen en la conveniencia de un Estado fuerte. Tan necesario es ese pacto para la financiación, como para la política exterior, para luchar contra el terrorismo o para fijar las grandes líneas de la política económica. Resulta anómalo que el modelo de financiación autonómica se negocie de espaldas al Congreso de los Diputados, porque las modificaciones que se acuerden en el Consejo de Política Fiscal y Financiera sobre el modelo de financiación tendrán que ser luego validadas en el Congreso y en el Senado. Los diferentes gobiernos autonómicos deben ser interlocutores de la negociación, pero sin pagar el precio de marginar a las cámaras legislativas. Sobre esta cuestión hay malos precedentes, porque el actual modelo no fue negociado por el Gobierno de José María Aznar con la oposición socialista, y ahora Rodríguez Zapatero hace otro tanto de lo mismo.
En el proceso de negociación del modelo de la financiación autonómica le ocurre al Partido Popular lo mismo que cuando tocó reformar los estatutos. Tiene la dirección nacional de Mariano Rajoy un discurso bien encaminado, pero, al chocar con los objetivos de algunas comunidades autónomas gobernadas por su partido, acaba siendo rehén de los intereses cantonales. Tras reunirse Rajoy con sus dirigentes regionales llegó a un acuerdo un tanto grotesco: abstenerse todos cuando se vote el modelo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, para llegar a acuerdos bilaterales cuando se reparta el dinero. El PP, como partido, se opone al modelo, pero sus líderes autonómicos cogen el dinero. Tanto se pliega Zapatero a Montilla como Rajoy a Aguirre.