La nueva reunión entre Solbes y el consejero de Economía de Cataluña ha abierto otra ronda de contactos en la negociación de la financiación autonómica. Está claro que el Gobierno no quiere presentar las cifras en público hasta que no cuente con respaldos importantes. La alianza con Cataluña es obligada, ya que las presiones de la Generalitat fueron determinantes para buscar otro modelo. El visto bueno de Cataluña garantiza, además, el apoyo del resto de regiones ricas, como Madrid, la Comunidad Valenciana, Murcia o Baleares. En la valoración del ciudadano medio ha calado la idea de que el modelo es injusto porque se computa el coste de los servicios tomando como medida el censo del año 1999, cuando había seis millones de habitantes menos que ahora. Volver a echar las cuentas con la población real, más de 46 millones de habitantes, se ve como el elemento clave. Desde esa premisa queda difuminada la división entre regiones ricas y pobres, para pasar a hablar de territorios más o menos poblados. Esta segunda división es políticamente muy significativa, porque entre los que ganaron habitantes está Andalucía. Si el modelo del Gobierno beneficia a Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Murcia y Mallorca, habrá contentado, de entrada, a 30 millones de españoles.
Ovidio Sánchez y Jesús Iglesias piden a Zapatero que dé el mismo trato a Asturias que a Cataluña. El presidente del PP considera que el pacto entre Zapatero y Montilla será impuesto a Areces, mientras que el coordinador general de IU recela del formato bilateral de la negociación, que lleva al Gobierno a entenderse primero con la Generalitat. Ovidio Sánchez y Jesús Iglesias quieren que el Gobierno muestre las cifras del nuevo modelo de financiación al Principado.
Más importante que conocer las cifras del Gobierno es tener claro dónde está la raya que no debemos traspasar. No consiste en aceptar una cantidad más grande que la actual, sino en calcular si dentro de diez años el modelo es sostenible. Por cierto, es importante que se reste del paquete financiero el ‘dumping’ fiscal que practican algunas regiones, como Madrid. Las rebajas fiscales autonómicas deben restarse de la transferencia de recursos. Asturias saldrá beneficiada con esa premisa. ¿No querían hablar de esfuerzo fiscal?