El Gobierno no piensa dulcificar el peaje del Huerna. Las medidas tomadas en años pasados -rebaja a los transportistas y descuento a los automovilistas que pasen frecuentemente por la autopista- serán los únicos beneficios para los usuarios de la autopista. La Hacienda del Estado no puede asumir nuevos compromisos, tras las inversiones, avales, rebajas y ayudas realizadas en los más diversos sectores productivos.

Desde el inicio de la crisis económica, el Gobierno ha decidido dar 16.500 millones de euros en concepto de devoluciones por IRPF, reducción del Impuesto de Sociedades y ayudas por nacimiento de hijos; igualmente, ha suprimido el Impuesto de Patrimonio, que supone renunciar a 1.800 millones de euros; también ha abierto líneas de financiación del ICO para pymes, que movilizarán 19.000 millones de euros. Para fomentar el empleo, el Gobierno bonifica con 1.500 euros las cotizaciones de las empresas que contraten indefinidamente a parados con cargas laborales, y ha aprobado un fondo para inversiones municipales de 8.000 millones de euros; el sector del automóvil tiene aprobado una partida de 800 millones; se han aprobado actuaciones extraordinarias en medio ambiente que comportan 500 millones, así como la realización de una reserva presupuestaria para beneficiar con una moratoria parcial del pago de hipotecas a 500.000 familias. Y a todo ello hay que sumar los 50.000 millones destinados a adquirir activos financieros y los 200.000 dedicados a avalar las emisiones de deuda de los intermediarios financieros. Entre estas medidas y el incremento de la cobertura del desempleo, el déficit del Estado va a rozar el 6% este año. Con estos números es impensable que el Gobierno se disponga a aprobar nuevas bonificaciones para el peaje del Huerna.

La supresión del peaje es una promesa de Zapatero realizada en un mitin en el Palacio de Deportes de Gijón, el 9 de marzo de 2004, cuando no pensaba ganar las elecciones. Hace once meses volvió Zapatero a pedir el voto en el mismo lugar, pero no dijo ni una palabra del peaje. Ya estaba el presidente escarmentado de las veces que le habían recordado la promesa incumplida. En estos momentos, el debate sobre el peaje ha dado paso a un cuestionamiento sobre la concesión a la empresa, tras lo sucedido el pasado mes.