El aviso realizado por el coordinador general de IU, Jesús Iglesias, acerca del control que debe llevar el Gobierno sobre el gasto en los viajes oficiales ha encontrado la réplica de los socialistas. Javier Fernández asegura que la austeridad ya es norma habitual en las expediciones al extranjero, y portavoces del Ejecutivo recuerdan que el plan de austeridad del Principado ha llevado en el último año a realizar un ahorro de un 30% en los viajes.
Aquí se está dando vueltas a un asunto –los viajes del Principado- sin nombrar el fondo del problema: la influencia de las embajadas oficiales en el voto de la emigración. Ovidio Sánchez pidió la cancelación de los viajes al extranjero, tomando como disculpa la crisis económica. Como ningún gobierno ha renunciado a realizar giras en el exterior por culpa de la recesión, el líder del PP centró la crítica en Cuba, para llevar la polémica a un terreno fácil para la crítica. Ovidio Sánchez podía haber descalificado la escala cubana, subrayando la incompatibilidad entre comunismo y negocios, pero prefirió hacer alusiones al turismo más evasivo, ganándose la animadversión del empresariado que participa en los viajes.
Jesús Iglesias evitó los aspectos vidriosos de la polémica, para pedir control y austeridad en los viajes. Las explicaciones de los socialistas zanjan la discusión sin que se ponga sobre la mesa el verdadero problema. Ni el PP ni IU se atreven a decir que su preocupación no está en el ron cubano ni en el gasto de las comidas, sino en la capitalización electoral que puedan hacer los socialistas de los viajes. Cuando los emigrantes de México, Argentina o Chile sean convocados a participar en los comicios asturianos, el destino del sufragio no estará en función del recorrido del AVE ni del desdoblamiento de la carretera de Gijón a Oviedo, sino en las atenciones del Principado con ellos, o en la imagen de los políticos asturianos que los visiten. Por eso tanto recelo a los viajes. El PP e IU nunca tuvieron una política hacia los emigrantes, y a quince meses de los comicios es difícil subsanar esa carencia.
Los socialistas tienen un voto alto en todas las urnas, IU se desploma en las alas (Oriente y Occidente) de la región, y el PP saca un porcentaje de sufragios importante en Asturias, pero pierde sus opciones de gobernar en ultramar. Con estas cartas se jugará la partida.