El gerente de Cogersa, Santiago Fernández, afirma que el consorcio necesita contar con una incineradora capaz de quemar 450.000 toneladas al año, aunque recuerda que los técnicos aportan los datos y los políticos deben decidir. Jesús Gutiérrez, número dos de la FSA, asegura que la definición del tamaño de la planta incineradora es una decisión que corresponde a los técnicos, y que los socialistas no van a abrir una negociación política sobre el particular. ¿Cosa de técnicos o políticos?

La opción del tratamiento de residuos tiene un componente fundamentalmente técnico, aunque la modalidad empleada (vertedero, valorización energética, biometanización, reciclaje…) implica una reflexión política, porque cada método conlleva unas implicaciones medioambientales, energéticas y económicas, sobre las que hay que decidir. El problema es cuando hay una mezcla espuria de los componentes técnicos y políticos. En los territorios con poca información y carentes de una opinión pública madura, la ausencia de datos y la falta de conocimientos concretos deja el campo expedito a todo tipo de prejuicios y a la invasión de las visiones ideológicas, imponiendo gustos o creencias sin una base material que los sustente. Un caso espectacular que ocurre estos días es la aversión de los políticos autonómicos al almacén de residuos nucleares, mientras los franceses financian su bienestar -cobran 60.000 euros al día por almacenar nuestros residuos- con nuestros miedos. ¿Somos más ecologistas que los franceses? ¿Tenemos una mayor sensibilidad medioambiental? ¿Gozamos de un modelo energético más eficiente y barato? Nada de eso, lo que ocurre es que tenemos más prejuicios y menos conocimientos.

Existe el problema opuesto: la sustitución del discurso político por razonamientos técnicos. Esta situación se da en las dictaduras, cuando técnicos y empresas imponen argumentos e intereses, aprovechando la ausencia de debate político y ciudadano. En Asturias, a lo largo de décadas, las razones técnicas en energía, industria, medio ambiente, infraestructuras de transporte y un largo etcétera quedaron orilladas por la fuerza de las visiones ideológico-políticas. Parte de nuestras ineficiencias y retrasos se deben a actuar movidos por la sinrazón y el prejuicio. Ya va siendo hora de invertir la situación.