La dimisión del alcalde Siero, Juan José Corrales, muestra la vulnerabilidad de los políticos por actos ajenos a la política. Muchos ciudadanos participaron en el festejo de Les Comadres, uniendo la noche y el día con la fiesta, pero ninguno corría los riesgos de Juan José Corrales de mediar un percance al volante del coche y triplicar la tasa autorizada de alcohol. La fuerza del azar: si el retorno al domicilio lo hubiese hecho en calidad de pasajero, el accidente no habría provocado víctimas.
Ante el impacto de la noticia y la celebración de un juicio rápido sobre el accidente, la dirección socialista tomó cartas en el asunto. Javier Fernández declaró que se trataba de un asunto grave, al estar en juego la ejemplaridad de un cargo público. Por su parte el número dos de la FSA, Jesús Gutiérrez, aseguró que la ejecutiva socialista de Siero tenía que tomar una decisión pensando más en los intereses del concejo que en los de los socialistas. Blanco y en botella: el regidor del cuarto municipio asturiano se quedaba sin respaldo, y decidió adelantar su dimisión.
La secuencia ha sido muy rápida, ya que en día y medio quedó resuelto políticamente el caso, y eleva la exigencia de responsabilidad para los cargos públicos socialistas que se vean implicados en potenciales conductas dolosas, al comparecer ante el juez despojados de toda autoridad pública. Aunque la actividad política sufre un creciente descrédito por culpa de sus miembros, Asturias todavía está lejos de confundirse con Las Islas Baleares. El desparpajo y la prepotencia con que algunos dirigentes autonómicos o municipales de otras regiones se defienden ante sumarios judiciales acusadores no tienen réplica en nuestra región. Un día tras otro estamos acostumbrados a ver cómo en el interior de los partidos se extiende un salvoconducto para los cargos públicos incursos en causas penales, que dura todo lo que permite el proceso judicial. A Juan José Corrales le ha tocado conocer la secuencia inversa: la FSA le forzó a dejar el cargo antes de verse las caras con el juez. Dos copas de más han sido razón suficiente para dejar la alcaldía.
Laberinto local
Hasta la noche de Les Comadres, Juan José Corrales ha sido un dirigente político atípico, con fama de ir por libre, cercano a distintas tendencias del partido, según el momento y la coyuntura, y capaz de tener entre sus amigos a ministros del PP. Juan José Corrales no mantuvo buenas relaciones con el Principado y perdió el puesto que tenía en la Ejecutiva de la FSA. Aún con todo, y pese a sufrir el embargo preventivo del Tribunal de Cuentas por haber pagado sueldos excesivos a los funcionarios, en las últimas elecciones municipales obtuvo tantos escaños como la del PP, revalidando su mandato como regidor.
Si la carrera de hombre público del alcalde de Siero tuvo una trayectoria compleja, mucho más complicado ha sido el juego político en el concejo y en la propia agrupación socialista. Frente al sencillo esquema de representación política de otros ayuntamientos (PSOE, IU y PP), en Siero hay seis grupos con escaño en la corporación municipal. De los seis grupos hay dos, Conceyu y Plataforma vecinal La Fresneda, que tienen base territorial propia: Lugones y la urbanización de La Fresneda, lo que supone la hipertrofia del cantonalismo en el corazón de Asturias. A esos dos grupos hay que añadir el Partido Independiente de Siero (PINSI), liderado por Juan Camino, que buscó una alianza con los dirigentes de La Fresneda, pero acabó sacando dos concejales por sus propias fuerzas.
A ese complicado e ininteligible reparto de fuerzas hay que añadir los vericuetos propios del socialismo de Siero, con los renovadores afincados en Lugones, el Soma aislado tras formar parte de la alianza ganadora en el último congreso local, y Roberto Moris liderando la corriente oficialista que gobierna la agrupación. La última batalla que enfrentó al Soma con la FSA tuvo lugar en Siero, y poco después se votó la candidatura para las elecciones autonómicas de 2007, de la que por primera vez no formó parte José Ángel Fernández Villa.
A todo ello hay que añadir la específica situación del concejo, ganando población, distanciándose de las cabeceras de las comarcas mineras (Mieres y Langreo), y colocado en el lugar más estratégico de las comunicaciones asturianas: autopista Y, autovía del Cantábrico y autovía minera.
La dimisión de Juan José Corrales deja la corporación municipal en una difícil situación de gobernabilidad, con tres grupos que tienen un escaño (IU, Conceyu y La Plataforma Vecinal La Fresneda), el PSOE y el PP con ocho, y PINSI con dos. A quince meses de los comicios autonómicos, será muy interesante seguir el trabajo de los partidos para lograr corrimientos en el voto, ya que a escala regional el equilibrio entre los dos bloques del poder, izquierda y derecha, puede decidirse por un escaño.