La primera ronda de contactos del consejero de Infraestructuras, Francisco González Buendía, con PP e IU, ha dejado un resultado paradójico: el grupo de la oposición (PP) se encuentra satisfecho con las explicaciones recibidas sobre la financiación de la planta incineradora y deja entrever que será fácil llegar a un acuerdo, mientras que el socio de Gobierno (IU) se muestra disconforme y exige que los socialistas expliquen qué parte del proyecto será costeado por el Principado y cuánto le tocará pagar a los ayuntamientos.
Tras oponerse a cualquier iniciativa del Principado durante toda la legislatura, el PP cambia la estrategia opositora y se encuentra dispuesto a llegar a acuerdos en asuntos de importancia regional. Hasta ahora el PP aprovechó todas las ocasiones que tuvo en su mano para formar mayorías parlamentarias coyunturales con IU, dejando en minoría a los socialistas. El debate sobre la incineradora abría la posibilidad de arrancar una votación en la Junta General del Principado contraria a la decisión que tomará el consejo de Cogersa, pero el equipo de Ovidio Sánchez decidió dejar el tratamiento de residuos fuera de la pugna política.
En el discurso de IU en Asturias, la incineradora, como el embalse de Caleao, ocupan un lugar destacado. La oposición de IU a estas infraestructuras es radical, así que tendrá que construir una posición política muy matizada para compatibilizar su presencia en el Gobierno con el visto bueno que dará Cogersa a la planta de valorización energética. Durante las últimas semanas ha puesto en práctica una táctica muy sutil que consiste en rechazar la incineradora a partir de argumentos distintos a los utilizados durante las últimas legislaturas. IU empezó a rechazar el tamaño de la incineradora, algo sobre lo que no había dicho ni una palabra: las incineradoras eran dañinas por naturaleza. Una incineradora capaz de quemar 450.000 toneladas es nociva, pero queda la puerta abierta para aceptar una planta de menor tamaño. Simultáneamente, IU comenzó a pedir la aprobación de una ley de tratamiento de residuos, que llevaría a aplazar la decisión hasta después de las elecciones. Una forma de ganar tiempo. La preocupación por la financiación de la incineradora también es un elemento nuevo en la política de oposición de IU, que tiene como finalidad ganar aliados municipales.