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Juan Neira

LARGO DE CAFE

ESTRATEGIAS OCULTAS

La primera reunión para alcanzar un pacto entre el Gobierno y la oposición ha tenido un resultado contradictorio. Elena Salgado ha calificado el encuentro de positivo, lo que le ha animado a decir que no contempla cerrar la negociación sin acuerdo. Cristóbal Montoso, representante del PP en la mesa de diálogo, ha confesado sentirse perplejo y desconcertado, porque el Gobierno les entregó un documento “simplón”. Cristóbal Montoso considera que el Ejecutivo está desbordado y busca agarrarse a coartadas y complicidades con otras fuerzas políticas. Dos versiones opuestas.

De lo dicho por Salgado y Montoro cabe extraer una primera conclusión: el Gobierno va a llegar a algún tipo de acuerdo con determinados partidos políticos, y el PP tratará de zafarse del pacto para presentarse como alternativa al actual marasmo económico, caracterizado por un alto déficit público que no ha servido para aminorar la cuota de desempleo. A los dos grandes partidos les presiona la opinión pública que quiere un amplio acuerdo para salir del atolladero, pero PSOE y PP quieren utilizar la negociación para mejorar sus expectativas electorales. Ninguno de los dos grupos buscó, hasta la fecha, un gran acuerdo nacional, tipo los Pactos de la Moncloa, para hacer reformas estructurales en el mercado del trabajo, mientras se aplica un plan de ajuste fiscal ante el deterioro de las cuentas públicas. Mucho decir que se quiere diálogo y acuerdo, pero lo que necesita España es algo mucho más valiente y comprometido: detener la dinámica de gasto de las comunidades autónomas, mientras se intercambian alzas salariales por creación de empleo.

Llegamos a un punto en el que sin consolidación fiscal no hay solución, pero esta sólo se logrará con más puestos de trabajo. Es absurdo preocuparse por el poder adquisitivo de los salarios cuando lo que está en juego es la pervivencia de los puestos de trabajo. Resulta irritante poner en marcha medidas que amplían el Estado del Bienestar, cuando los pilares de ese bienestar (empleo, pensiones, subvención al paro) se muestran frágiles. El Gobierno tiene a su disposición un montón de pequeños grupos para hacerse la foto del acuerdo, y el PP cuenta con excelentes disculpas para no mancharse con un programa común. Los únicos perdedores son los ciudadanos que necesitan un pacto del PSOE-PP, dicho sea sin ironías.

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por JUAN NEIRA

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