El Ministerio de Sanidad y Política Social rechaza la posibilidad de hacer una pausa en la aplicación de la Ley de Dependencia para analizar las desviaciones surgidas en su financiación. El equipo de Trinidad Jiménez considera que se debe seguir con el desarrollo previsto, así que el próximo año dará cobertura a las personas que sufren dependencia leve, bien sea a través de servicios sociales o con el reconocimiento de un salario sustitutivo. Fuentes del Ministerio de Sanidad y Política Social aseguran que el Estado cumple en la financiación de las prestaciones de la Ley de Dependencia, asumiendo las obligaciones marcadas en la norma. En definitiva, que la ministra de Sanidad no quiere reconducir las aplicaciones de la ley, tal como demandaba el presidente Areces, y, además, niega la realidad: el Gobierno central no aporta ni un 30% de los recursos empleados en Asturias para dar cobertura a los dependientes.
Trinidad Jiménez es una política al alza, tras haber coordinado con eficacia la política de las 17 comunidades autónomas ante el síndrome gripal H1N1. Hace unos días también logró acordar con los gobiernos regionales una reducción del gasto farmacéutico de 1.500 millones de euros. Tras estos éxitos no está dispuesta a aceptar que la crisis económica le estropee la aplicación de la Ley de Dependencia. El Ministerio de Sanidad y Política Social es un de departamento caracterizado por el gasto público, así que la señora Jiménez no quiere saber nada de recortes. Pero las cosas son como son, dígalas una ministra o un presidente autonómico, y la cruda realidad de las cifras demanda urgentemente abrir un debate sobre la aplicación de la Ley de Dependencia porque es imposible aumentar las subvenciones con el déficit que tienen las administraciones.
La luz roja ya está encendida. La fragilidad de nuestra economía es un hecho, y tras el drama de Grecia y la rebaja de calificación de Portugal, no podemos seguir gastando hasta que seamos sancionados por las instituciones internacionales y los mercados de deuda. Pese a las llamadas a la austeridad, las cifras son peores cada vez. En el mes de febrero los gastos se incrementaron un 22% sobre el pasado año y los ingresos fiscales cayeron un 7,1%. El día que nos enseñen la puerta de salida del euro, seguro que Trinidad Jiménez no podrá financiar la dependencia con pesetas.