Terminado el viaje oficial a cuatro países americanos, continúa la polémica sobre la visita a Cuba. Ovidio Sánchez afirma que está convencido de que Álvarez Areces no dijo ni una palabra a los mandamases del régimen cubano sobre los disidentes. El presidente del Principado había asegurado que trasladó su preocupación a los jerarcas del castrismo, confiando en influir en sus decisiones, aunque el líder de la oposición niega tal posibilidad. Ovidio Sánchez hace un juicio de intenciones, pero el debate político asturiano está lleno de proposiciones de valor sin tener el respaldo de los datos.

El líder del PP mantiene que la embajada institucional del Principado incumplió el mandato de la UE de reunirse con los portavoces de la oposición cubana. Esta crítica la podría hacer Rajoy a Zapatero, en el caso de que el presidente español viajara a Cuba y no hablase con la oposición. Los representantes institucionales del Principado están en una escala distinta. Suponer que el presidente del Gobierno asturiano puede jugar un papel en las relaciones internacionales es una broma. Las comunidades autónomas simulan ser pequeñas naciones, con sus banderas, himnos, y parafernalia oficial, pero no pasan de ser unas regiones en el contexto internacional. El papel del presidente asturiano, o del gallego, en un viaje al extranjero se circunscribe a contactos de cortesía con las autoridades del país, apoyo a las delegaciones comerciales que lo acompañan y visitas a la colonia de emigrantes. Las relaciones entre estados quedan en manos de los dirigentes con esa capacidad de representación.

Con el viaje concluido, seguir discutiendo sobre Cuba es una forma como otra cualquiera de eludir las responsabilidades en Asturias. Uno de los mayores errores de un político es no trasladar a su ámbito de actuación las preocupaciones de los ciudadanos. En una larga lista de problemas no creo que la opinión pública asturiana incluyera la situación interna de Cuba o las relaciones exteriores del Principado. Hay un montón de asuntos pendientes por los que Ovidio Sánchez no se interesa. Por ejemplo, a ver si un día dice algo coherente sobre política industrial, porque la actividad en ese sector lleva más de veinte meses cayendo a unas tasas muy superiores a las españolas, y nadie dice nada. Y eso que presumimos de ser distrito industrial.