Dentro del conjunto de medidas aprobadas por el Gobierno para reducir el déficit público está el recorte de 1.200 millones de euros a las comunidades autónomas y ayuntamientos. En el plan de Zapatero se especifica que las 17 comunidades autónomas deberán suprimir 1.000 millones de sus presupuestos. Falta por hacer el reparto. No hay que ser suspicaces para comprender que la distribución de la carga entre las regiones va a ser problemática. Cuando surgieron las primeras alarmas sobre la bancarrota de Grecia, el Gobierno envió un plan a Bruselas para recortar 50.000 millones, de los cuales correspondían 10.000 a los gobiernos regionales. Asturias hizo los deberes y asumió una reducción presupuestaria de 149 millones de euros. Otras comunidades poderosas y muy pobladas, como Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía no presentaron ninguna reducción del gasto. El Gobierno puso algunas objeciones al recorte asturiano, pero a los catalanes o a los andaluces no les dijo nada porque sencillamente no presentaron ninguna modificación sobre los presupuestos aprobados. Estaba previsto que todos los territorios presentaran sus cuentas revisadas en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del 10 de junio, pero puede que la reunión se aplace.
Con estos precedentes, el Gobierno regional va a tener que aplicar un nuevo recorte para actuar solidariamente en el esfuerzo de rebajar otros 1.000 millones el déficit público estatal. Me imagino lo que pensará el divino Castells, consejero de Economía de la Generalitat e inspirador del actual modelo de financiación autonómica. Es más difícil recortar unos millones de las cuentas catalanas que quitar unos artículos del “Estatut”.
Por lo que respecta al Principado, el nuevo recorte plantea un problema para Jaime Rabanal, porque donde el consejero de Economía ve dinero, el resto de consejeros ven proyectos. En épocas de penuria la cohabitación entre el responsable de la caja y los titulares del gasto se torna complicada. Es fundamental cambiar de mentalidad y olvidarse de las cifras aprobadas en los presupuestos, porque a la UE no le convencen, y si pusieron sobre la mesa 750.000 millones de euros para blindar a España, Grecia y Portugal de los especuladores, es lógico que tengamos que ofrecer compensaciones. Mañana daremos algunos consejos sobre la dieta.