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Juan Neira

LARGO DE CAFE

MARX, RENTAS Y CAPITAL

La rebaja del sueldo de los funcionarios se aprobará en el Consejo de Gobierno del próximo jueves, donde se dará luz verde al plan de ajuste fiscal del Principado. Jesús Iglesias ya ha advertido que los dos representantes de IU votarán en contra del mismo. Por su parte, Jaime Rabanal ha asegurado que no se elevará el gravamen sobre la renta a las personas que ganen más de 60.000 euros, tal como pide IU. Sigue sin haber atisbo de acuerdo en los dos asuntos –salario de funcionarios e incremento de impuestos- que enfrentan a los socios del Gobierno. El coordinador general de IU afirma que los socialistas prefieren machacar a los débiles para no perjudicar a los ciudadanos que cobran un sueldo elevado.

La disputa es un tanto artificial porque el sueldo de los empleados públicos no ha provocado nunca la ruptura de una coalición de izquierdas en toda Europa. En cuanto a los impuestos, con ser un asunto de gran relevancia, lo que diferencia a los grupos de izquierda no es el tratamiento laxo o exigente de las rentas de trabajo, sino de las de capital. Dicho de una forma grosera: poner un tipo impositivo especial a los que ganan más de diez millones de pesetas, en vez de hacerlo a partir de los dieciséis millones, es una polémica propia de los que por falta de recursos políticos prefieren discutir de los márgenes de la cuestión, olvidándose del centro del asunto.

Vayamos al núcleo del problema. El ajuste fiscal no tiene alternativa. En todo el mundo el reequilibrio de las cuentas se hace más sobre las partidas de gasto que sobre las de ingresos. Basta mirar lo que ocurre fuera de nuestras fronteras. Es posible y necesario elevar algunos tributos, pero teniendo en cuenta que deben incrementarse los que están por debajo de los países con los que más comerciamos. El ejemplo más claro es el IVA, donde el tipo estándar en España está a la cola de Europa. Puede elevarse el IRPF, no cabe elevar a la categoría de dogma la posición contraria. Ahora bien, resultaría entre ridículo y temerario que el IRPF asturiano fuera el que más penalizara las rentas de trabajo de toda España.

La famosa salida “por la izquierda” de la crisis no tiene nada que ver con el sueldo de los empleados públicos y con la tributación a partir de los 60.000 euros. La patata caliente está en los 80.000 parados y las rentas de capital. Definitivo: la izquierda asturiana no recuperará a Marx.

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por JUAN NEIRA

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