Las apelaciones a la responsabilidad realizadas por Ana Rosa Migoya han sido contestadas por Jesús Iglesias, diciendo que IU no se siente responsable con los empresarios y con los bancos, sino con los trabajadores. El coordinador general de IU advirtió que sólo habrá estabilidad en el Gobierno si se efectúan políticas de izquierda. El máximo dirigente de IU criticó las medidas de ajuste fiscal y volvió a repetir que el Ejecutivo de Álvarez Areces no puede quedar cruzado de brazos ante la política de Zapatero, que liquida seis años de progreso.
De lo dicho por Jesús Iglesias se deduce que los dirigentes de IU valoran seriamente el abandono del Ejecutivo. Se trata de una decisión política pura, que no debe mezclarse con programas sociales o reformas fiscales. IU debate si es más rentable estar en el Gobierno o pasarse a la oposición, cuando quedan once meses para la celebración de las elecciones. La duda se reviste de disculpas ideológicas (“la responsabilidad con los trabajadores”), para no dejar al desnudo los intereses electorales de la organización.
No tiene sentido impugnar la necesidad del ajuste fiscal aplicado por el Principado, porque carece de alternativa. Ni el Gobierno central permitiría que tuviéramos un déficit más alto ni podemos endeudarnos más. La posibilidad de llevar a cabo un programa de gobierno distinto, como a veces dejan entrever los dirigentes de IU, basado en incrementar el sueldo de los funcionarios y pensionistas, así como de dotar de más recursos a los servicios públicos, es inverosímil. Creer que todo ese catálogo de buenas intenciones se pude financiar con mayores impuestos a las rentas altas de trabajo, gravando más las herencias y las trasmisiones patrimoniales, y con la creación de una superbrigada de persecución del fraude fiscal es un cálculo ingenuo. Cualquier gobierno pude decidir subir los impuestos, pero lo que no tiene garantizado es que la recaudación suba en la misma medida. Podemos tener los impuestos de Suecia, pero no tendremos ni su nivel de empleo ni la calidad de sus servicios públicos. Todos los gobiernos europeos, incluyendo los que tienen una fiscalidad más alta y un mayor gasto social, proceden a recortar sus cuentas, pero IU no acepta esos planteamientos. Hay un punto en el que tienen toda la razón: Zapatero no difirió mucho de ellos hasta el mes pasado.