Javier Fernández ha declarado que no hay que pensar en la candidatura electoral porque falta mucho tiempo para que acabe la legislatura. Según el secretario general de la FSA los socialistas deben centrarse en la labor de gobernar en medio de una coyuntura marcada por la crisis económica. El líder del PSOE mostró su respeto por la decisión del presidente Areces de no presentarse a la reelección y recordó que siempre tuvo el respaldo de su partido.

El dirigente socialista se ajusta al manual de comportamiento del PSOE que consiste en atenerse a los plazos y los procedimientos establecidos por el Comité federal. ¿Qué dice la dirección de Zapatero sobre el asunto de las listas electorales y de los candidatos? Que hasta que no se apruebe el reglamento para el proceso electoral y no se abra el periodo oficial para presentar candidaturas no toca hablar sobre ello. En los partidos, como en las administraciones o en las grandes empresas, la burocracia tiene un gran poder y capacidad de arrastre, pero la vida es mucho más dinámica y sigue otros derroteros. La gente que sigue la información política regional está al tanto de que la sucesión entre Álvarez Areces y Javier Fernández está pactada desde hace mucho tiempo. Los dos líderes y el propio Zapatero lo han hablado y acordado. Es normal que tras los tres mandatos de Areces el secretario general de la FSA tenga la oportunidad de hacer aportaciones al largo ciclo socialista asturiano. Cualquier otro nombre sería una auténtica sorpresa, y sin ofender a nadie, no estaría a la altura del actual presidente y del secretario general de la FSA. En coyunturas semejantes, otros líderes socialistas habrían cruzado manifestaciones hirientes o veladas acusaciones. Ejemplo de ello fue el relevo de Maragall por Montilla que acabó con el primero fuera del partido. A Álvarez Areces y Javier Fernández se les puede hacer muchas críticas, pero nunca han dado la nota en público. El día que nos gobierne un histrión nos daremos cuenta del tormento diario que supone.

En el PSOE todo va por el libro, pero lo que no está escrito es que vuelva a gobernar. La desastrosa coyuntura económica y los sondeos de opinión vaticinan la campaña electoral más adversa para los socialistas de toda la democracia. Con un José Blanco que paraliza la autovía del Cantábrico las cosas se les ponen extremadamente difíciles.