La masiva manifestación que recorrió las calles de Barcelona en contra de los recortes aplicados por el Tribunal Constitucional (TC) al “Estatut” llena de inquietud a la dirección socialista de Zapatero. El PSOE teme que el fallo del TC haga que las instituciones catalanas asuman la demanda soberanista expresada por centenares de miles de manifestantes. El margen de maniobra de Montilla es muy pequeño, porque puede quedar sobrepasado por las exigencias de sus socios de Gobierno y de CiU. La radicalización del discurso catalanista amenaza con desestabilizar al grupo socialista en el Congreso de los Diputados y que los 25 representantes del PSC rompan la unidad de acción con los escaños del PSOE.

Desde la fase de elaboración del “Estatut”, Zapatero estuvo jugando con fuego. En ningún momento pidió moderación a los socialistas catalanes. Las bravatas de Maragall, apuntando hacia un diseño de modelo de Estado confederal, nunca fueron descalificadas públicamente por el Gobierno central. Algo tan simbólico, como la definición de nación, se aceptó por el Congreso de los Diputados, lo que da una idea de la dejación de responsabilidades en que incurrió Zapatero, dispuesto a dar luz verde a cualquier proyecto con tal de contar en Madrid con el apoyo de los partidos del tripartito: PSC, ERC, IU. Ese fue el esquema de funcionamiento de la pasada legislatura.

Los catalanistas están en una situación complicada, con una comunidad autónoma fuertemente endeudada y sin haber sacado suficiente tajada del actual modelo de financiación autonómica. La sentencia sobre el “Estatut” es la disculpa que necesitaban para exigir la negociación de un nuevo pacto entre España y Cataluña. Más claro: si se abre la citada negociación pedirán un modelo de entendimiento como el del País Vasco, con apropiación del 100% de la recaudación tributaria. Frente a esa situación, Rajoy dice que hay que llevar a cabo un proyecto de unidad para España tras la resaca del “Estatut”. Como ya lo habíamos expuesto en estas líneas, vuelve el debate territorial, con la diferencia de que ahora tenemos un 20% de paro. Sin la unidad de los dos grandes partidos estaremos a merced de lo que digan los catalanistas.