Segundo comunicado insólito del PP en veinticuatro horas. En esta ocasión, la sorprendente misiva corrió a cargo del Comité Electoral del PP de Asturias, que asegura haber acordado por unanimidad, “descartar la hipotética candidatura de Francisco Álvarez-Cascos a la Presidencia del Principado de Asturias”. Ningún comité electoral tiene como misión descartar candidatos, sino recibir las distintas propuestas, analizarlas y hacer saber sus preferencias a los órganos nacionales. Pero lo que resulta absurdo es que el susodicho comité descarte “hipotéticas candidaturas”, porque demuestra que no trabaja sobre realidades sino sobre supuestos, conjeturas o simulaciones. Cuando se redacta una resolución tan ajena a las normas que rigen en el propio partido cabe preguntarse si el citado comité celebró esa reunión, si hubo una convocatoria de la misma, o si sólo tuvieron lugar algunos contactos informales, quizás vía telefónica, para dar luz verde a un texto que acaba degradando el proceder del PP asturiano ante los ojos de la opinión pública y de la dirección nacional de Mariano Rajoy ¡Cómo pueden ser tan chapuceros!
A falta de una explicación oficial y ante la incomparecencia de los dirigentes del equipo de Ovidio Sánchez, los dos comunicados enviados a los medios deben verse como parte de un plan ideado por Gabino de Lorenzo para crear una situación de facto, que consiste en marginar a los seguidores de Álvarez-Cascos y proponer un candidato a la Presidencia del Principado que encaje con sus necesidades. Para llevar a cabo la operación contó con la complicidad, por omisión, de Ovidio Sánchez que viajó hasta Jerusalén para poder lavarse las manos.
Una estrategia burda que responde al estilo de Gabino de Lorenzo, acuñado en la frase, “tira p’alante que libras”. La operación se ha llevado a cabo en un momento muy inoportuno, cuando Mariano Rajoy buscaba el mayor protagonismo en el debate sobre el Estado de la Nación; además, se realiza al margen de los procedimientos habituales en los partidos políticos. Recuerda la forma utilizada por De Lorenzo para encaramarse a la cabecera de la lista de candidatos al Congreso de los Diputados en las elecciones generales de 2008. La dirección nacional del PP está obligada a intervenir para poner orden ante tantos dislates. O enderezan el rumbo o fracasan en las urnas.