Un manifiesto de cargos públicos y responsables orgánicos del PP pide respeto para Álvarez-Cascos por su trayectoria política y defiende el derecho que tiene a ser candidato electoral. Los firmantes del documento censuran duramente el proceder de la dirección regional de Ovidio Sánchez por actuar al margen de los procedimientos establecidos en los estatutos del partido. En el manifiesto se recuerda que algunos dirigentes cambiaron de opinión sobre la candidatura del ex ministro de Fomento, y que no se reunió ninguna junta regional para suscribir una valoración sobre la candidatura, recurriendo algunos miembros de ellas a emitir opiniones personales bajo la apariencia de ser portavoces de la voluntad colectiva. Contraataque.
Pese a las maniobras de Gabino de Lorenzo, el manifiesto aparece suscrito por diez de los doce alcaldes que tiene el PP en Asturias. Sólo el regidor de Oviedo y su amigo Avelino Sánchez, alcalde de Llanera, no firmaron el posicionamiento colectivo. 28 presidentes de juntas locales salen en defensa de Cascos y critican el proceder de Ovidio Sánchez. Si alguien quiso vender el mensaje de un PP unido en el rechazo a Álvarez-Cascos puede comprobar que sus esfuerzos han sido inútiles, porque la mayoría de los alcaldes, un tercio del grupo parlamentario y muchos dirigentes municipales siguen defendiendo la opción electoral del ex ministro. Es más, lo que ahora está en cuestión no es la ‘chance’ electoral del político gijonés, sino el proceder antirreglamentario del equipo de Ovidio Sánchez y las burdas maniobras de cuatro dirigentes municipales (tres de ellos nunca fueron alcaldes) que decidieron dar un golpe de mano en el partido para vetar el candidato preferido por el electorado de derechas.
La dirección nacional ha salido al paso de las declaraciones vertidas por Ovidio Sánchez, al afirmar que no comparten las críticas que ha realizado, últimamente, contra candidatos. El equipo de Ovidio Sánchez ha mantenido una actitud pasiva ante el plan de Gabino de Lorenzo de excluir a Cascos; posteriormente, ha avalado el resultado de la inexistente reunión del comité electoral, y se ha sumado a la doctrina del alcalde de Oviedo: el culebrón se ha terminado, voy a buscar a un candidato que represente a todos. En Madrid ya se han dado cuenta de las extravagancias de Gabino y el seguidismo de Ovidio.