Iglesias Caunedo, presidente del comité electoral del PP asturiano, ha manifestado que el órgano que preside trasladará la terna de candidatos (Isabel Pérez-Espinosa, Pilar Fernández Pardo y Joaquín Aréstegui) a Rajoy para que decida. Caunedo no hace otra cosa que cumplir las instrucciones dadas por Gabino de Lorenzo y que constan en el comunicado dado a conocer ayer tras la comida que tuvieron una veintena de dirigentes en un restaurante ovetense. De Lorenzo, Caunedo y el resto de comensales reducen el comité electoral del PP a la función de simple correo que traslada un papel a Madrid. Para eso no hace falta elegir un comité electoral, basta con recurrir a los servicios de una empresa de mensajería. La trasgresión de las normas contenidas en los estatutos del PP no tiene precedentes. De Lorenzo y sus seguidores confunden un restaurante con la sede del PP, la cita de una partida de amigos con el órgano de dirección del partido, y el comité electoral con un servicio exprés. Con ese pasmoso procedimiento quieren que salga elegido el candidato del centro-derecha asturiano para las elecciones autonómicas. Ni el más libertario de los militantes del PP se atrevería a validar un método así.
A la comida con De Lorenzo asistieron los dos máximos dirigentes del PP regional, Ovidio Sánchez, su presidente, y Fernando Goñi, secretario general. No aparecen sus nombres en el comunicado ni sus rostros en el posado de familia que hicieron para la posteridad. No obstante, gracias a las fotos de EL COMERCIO, consta que estuvieron presentes en el encuentro. Nunca el papel del liderazgo se había devaluado tanto en una organización regional del PP. El presidente del partido asiste a la cita en la que De Lorenzo anuncia la terna de candidatos y la emisión de un comunicado de obligado cumplimiento para el comité electoral sin decir ni una palabra. La junta directiva regional no se ha reunido ni una sola vez desde el último congreso y el presidente avala con su presencia la creación de una estructura paralela de poder en el partido. Nadie da cuentas de nada y ningún órgano regular del partido pide cuentas a nadie. Hasta esa sima de degradación ha caído el partido de la derecha asturiana. Para completar el cuadro digamos que la escandalosa suma de irregularidades se realiza con el único objetivo de eliminar a Álvarez-Cascos de la carrera electoral.