Mariano Rajoy ha señalado tres pautas que debe seguir el PP para elegir al candidato a
Tras la advertencia del máximo líder del PP, el comité electoral asturiano ha suspendido la reunión, acogiéndose a un subterfugio burocrático (las reuniones de todos los comités electorales serán a partir de finales de septiembre). La realidad es otra: Mariano Rajoy mandó detener la esperpéntica maniobra organizada por el alcalde de Oviedo y el grupo de comensales que eligió la terna de candidatos. Avanzar en esa dirección llevaba a una situación irrecuperable, con el partido roto y el batacazo electoral garantizado.
Los miembros de la terna habrán quedado sorprendidos, porque Rajoy no da por válidos los acuerdos de restaurante. Han quedado en una posición desairada, pero eso no les exime de culpa, porque ninguno de los tres tuvo inconveniente en participar en un proceso espurio de selección de candidatos, de espaldas a los órganos de dirección y las bases del partido. Hay que tener poca visión política para prestarse a ser utilizados en una maniobra que estaba condenada al fracaso. Una cosa es ir a comer y salir en la foto con rostro de ganadores de un casting televisivo, y otra aceptar formar parte de una terna que no contaba con la firma de Ovidio Sánchez. Su único aval era Gabino de Lorenzo. El presidente del PP regional participó en las dos ofensivas del alcalde de Oviedo contra Álvarez-Cascos, la primera en julio y la segunda a la vuelta de las vacaciones, pero no firmó ningún comunicado ni salió en ninguna foto. Ovidio está preparado para cambiar de opinión, pero los de la terna tendrán que volver a sus predios municipales.