Miembros del grupo de dirigentes del PP que apoyaron la terna propuesta por Gabino de Lorenzo aseguran que están dispuestos a negociar con la dirección nacional el candidato al Principado, con tal de que no sea Álvarez-Cascos. No les importa que el cabeza de la lista sea un miembro de la terna o cualquier otro militante del PP, con la condición de excluir al ex ministro de Fomento. No hay margen para la duda: a los amigos del alcalde de Oviedo les vale para el alto cometido cualquier concejal de cualquier municipio, pero que no vuelva a las instituciones asturianas el ex secretario general del partido. A partir de ese argumento no hace falta que nadie critique a la “terna de ciudades” (dos candidatos de Gijón y Oviedo y el tercero de Avilés) porque sus propios impulsores no se la toman en serio. Cualquier militante del PP es susceptible de contar con tantos apoyos por parte del grupo de comensales.
La política de Gabino de Lorenzo ante las elecciones autonómicas es defensiva, porque no propone nada, le basta con establecer un veto. Los dos manifiestos que firmó con el grupo de dirigentes que le secundan se reducen al objetivo de eliminar de la carrera electoral al ex ministro. El alcalde de Oviedo y sus aliados no fueron capaces de ponerse de acuerdo en torno a un candidato, ya que sólo les une la aversión a un rival. Con esos mimbres no se ganan las elecciones autonómicas, pero tampoco les preocupa. Por eso están dispuestos a negociar el candidato con la dirección nacional del partido, dejando claro que el pacto se reduce a que Rajoy decida la candidatura, a cambio de que ellos tengan capacidad para tachar un nombre.
La convocatoria del comité electoral quedó postergada y la terna es la envoltura que esconde la verdadera mercancía: el veto. El planteamiento del alcalde de Oviedo y sus amigos es tan endeble que no cuenta ni con el respaldo de los órganos de dirección regional del partido ni con el apoyo de las bases. En esas condiciones es harto difícil que convenza a Rajoy. De Lorenzo y sus amigos deberían pensar que por alguna poderosa razón Ovidio Sánchez no firmó ninguno de los dos comunicados y que evitó salir en la foto de familia. Al presidente del PP regional le va a tocar la compleja labor de poner blanco sobre negro, para que los órganos del partido elijan un candidato que responda a las expectativas del electorado.