A todos los dirigentes del PP les pasa lo mismo: se ponen delante de los micrófonos para criticar al Gobierno y acaban hablando de su enorme lío interno. Antes de ayer le ocurrió a Cospedal, que iba a explicar los graves errores de Zapatero y se puso a pedir prudencia y discreción a sus comilitones. Fernando Goñi repitió la ceremonia al llevar preparado un discurso crítico sobre
El comité electoral es el órgano que debe proponer el candidato, pero en el caso asturiano ha caído en el máximo desprestigio, emitiendo comunicados sin haberse reunido, y actuando al dictado de Gabino de Lorenzo. El comité electoral ha quedado desautorizado por su forma de proceder, al convertirse en una caja de resonancia de los deseos del alcalde de Oviedo. El equipo de Mariano Rajoy habrá tomado buena nota del desprestigio de este órgano que simuló una reunión para decir que rechazaba la hipotética candidatura de Álvarez-Cascos. Un órgano que actúa de una forma tan extravagante debe ser disuelto.
Fernando Goñi afirma que afrontan las elecciones con una gran ambición, convencidos de la posibilidad de ganar. El resultado electoral es una incógnita, pero el PP se ha puesto de espaldas a las urnas, porque a De Lorenzo y sus aliados el partido que les importa es el que juegan contra Álvarez-Cascos. Ganar o perder contra la izquierda queda en un segundo plano. ¿Cómo pueden sentirse capaces de resolver los problemas de la región, cuando se combaten entre ellos con malas artes? Aunque no se hayan dado cuenta, en las próximas semanas o meses se juegan mucho más que un resultado electoral.