La entrevista en Génova, de Rajoy y Cospedal con Ovidio Sánchez, ha sido un chorreo para el abogado de Laviana. El presidente asturiano del PP inicio la reunión con fuerza, exigiendo que los dos máximos dirigentes nacionales resolvieran el problema creado por escuchar a Álvarez-Cascos. El ataque es una buena defensa si el combate dura dos minutos. Como la reunión duró más de una hora, el dirigente asturiano tuvo que escuchar de todo, al responsabilizarle de los comunicados anónimos del PP y de haberse plegado al grupito de dirigentes municipales levantiscos, comandados por Gabino de Lorenzo. Al final, Rajoy le puso deberes a Ovidio Sánchez: armar el consenso en torno a Álvarez-Cascos. La cúpula del partido le ofreció otra salida: dimitir. O trabajas en la dirección correcta o te vas. Ahora le toca trasladar el mensaje a Gabino de Lorenzo. ¡Vaya final de las fiestas de San Mateo para el alcalde de Oviedo! En las manos de Ovidio y Gabino está decidir la velocidad del proceso de normalización del PP. Pueden optar por una salida tranquila y rápida, desdiciéndose de todo lo dicho, y pasando a un segundo plano; o resistirse ante la llegada de lo inevitable, para que Génova cree una gestora presidida por el alcalde de Siero, lo que significará el punto final de su carrera política.