La presentación de Pérez-Espinosa, como candidata electoral, ha evidenciado el poder omnímodo que tiene De Lorenzo sobre el PP asturiano. Rodeado de un grupo de fieles, convocados por invitación, procedió a presentar a su concejala, antes de pasar a reponer fuerzas con un almuerzo que corrió a cuenta de la casa. Todas las irregularidades que el grupo de Gabino había cometido en los últimos meses quedaron renovadas con la elección de Pérez Espinosa, al proceder a su designación sin contar con los órganos regulares del partido y dejando claro que el comité electoral va a hacer las funciones de un servicio de mensajería: recibidas las instrucciones del alcalde, trasladará el encargo a Madrid. La diferencia entre el acto social celebrado en el Ayuntamiento de Oviedo y otros precedentes reside en que al bautismo electoral de la candidata asistieron Ovidio Sánchez y Fernando Goñi, los dos principales dirigentes del PP. Ovidio renuncia a convocar a la Junta Directiva Regional o al Comité Ejecutivo, y se conforma con asistir de observador a la investidura de Pérez Espinosa. Los órganos del PP regional han quedado en suspenso, y en su lugar funciona una estructura de mando que pivota sobre el alcalde de Oviedo, regida por normas ajenas a los estatutos del PP.

En Asturias el PP se ha transformado en una organización distinta, en la que manda Gabino y Ovidio Sánchez es militante de base. De Lorenzo tomó la decisión de escoger a Pérez Espinosa entre la terna, y de cortar la progresión de Fernández Pardo hacia el Principado, obligándola a volver a su vocación municipal. La lista autonómica también se cocinará desde el Ayuntamiento de Oviedo. Todo este sinsentido demanda una contestación de Rajoy.

El problema del espectáculo del PP es que se lleva a cabo con absoluto desprecio de la voluntad de los electores, como se puede ver en la encuesta que hoy publica EL COMERCIO. Entre 402 entrevistados, el 10,2% prefiere a Gabino de Lorenzo y Ovidio Sánchez para presidentes del Principado. Un 6,1% se queda con Pilar Fernández Pardo y un 2% con Aréstegui. El 67,3% opta por Cascos. El ex ministro cuenta con más del doble de apoyos que todos los demás juntos. Es imposible ganar unos comicios dando la espalda al votante.