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Juan Neira

LARGO DE CAFE

GÉNOVA CIERRA PUERTAS

Esperanza Aguirre afirmó que una medida para solucionar la crisis del PP asturiano podría ser la celebración de un congreso extraordinario, con votación de todos los militantes, como ocurrió en Las Baleares. De esa forma quedarían arreglados dos problemas, la figura del candidato y el hueco dejado por la dirección de Ovidio Sánchez, que ha delegado sus funciones en el alcalde de Oviedo, amo y señor del PP regional. La propuesta de la presidenta madrileña fue rápidamente contestada desde Génova, donde fuentes de la dirección nacional han dicho que no prevén la celebración de un congreso extraordinario en Asturias.

Desde que empezó la división del PP regional el equipo de Rajoy ha estado parco en declaraciones. Cuando se refirieron al problema creado en Asturias han incurrido tópicos, generalidades o vulgaridades. Más allá de las loas a Cascos, citas de respeto a los comités electorales y apelaciones al acuerdo, no han dicho nada sustancial. Y lo que es peor: no han hecho nada. Del conjunto de declaraciones se deduce que en Génova se desea un gran consenso en torno a un candidato, pero ni se fijan plazos ni se establecen procedimientos. Tal parece que Rajoy piensa que ya que en Septiembre no hubo suerte, vamos a ver en Octubre, pero sin descartar que la solución mágica llegue en Diciembre o en los primeros meses del 2011. Hay una frontera imprecisa entre actuar con lentitud y hacer dejación de responsabilidad. A estas alturas el acuerdo resulta prácticamente imposible. A siete meses de las elecciones autonómicas sólo hay un candidato ante el electorado: Javier Fernández.

El congreso extraordinario tiene la ventaja de poner la decisión del PP en manos de sus militantes. Los procesos de sufragio interno suelen ser muy criticados, pero tienen una virtud: el resultado es indiscutible e inapelable. En Madrid, a Tomás Gómez no lo cuestiona ya ni Zapatero. Cuando no es posible el acuerdo, como ocurre ahora en el PP asturiano, hay que arbitrar una fórmula que zanje la disputa sin incurrir en favoritismo. A poco que se piense, no hay ningún procedimiento mejor que darle la voz a la militancia. Hasta la fecha, la posición de la dirección nacional del partido era difícil de entender, pero tras negar la posibilidad de un congreso la estrategia de Rajoy resulta desconcertante. Algún sector del partido va a quedar descolgado.

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por JUAN NEIRA

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