Con motivo del debate sobre el estado de la región, Ovidio Sánchez volvió a enhebrar un discurso tras un tiempo de silencio provocado por el preocupante estado del PP. El líder de la oposición, como ya hiciera ayer Aréstegui, acusó a Álvarez Areces de hablar de una Asturias irreal, que contrasta con la que viven y padecen los ciudadanos. Para explicar el fracaso de los mandatos de Álvarez Areces, el jefe del PP aseguró que los socialistas llegaron al poder gracias a la crisis de su partido que había dejado institucionalmente deshecha a la región; sin embargo, once años más tarde, la región cuenta con 15.000 parados más que en 1999. El resumen de Ovidio no es muy afortunado, porque lo más llamativo no son los parados, sino que después de once años el PP esté sumido en una crisis interna tan grave como la de entonces. Ahora no necesitan a Marqués para reñir, ya que los antiguos aliados se despedazan entre sí. En cuanto al paro, el porcentaje asturiano es inferior al español, y durante casi todos los años de mandato de Areces el desempleo estuvo por debajo del nivel alcanzado en el año 1999.

Ovidio Sánchez, como en ocasiones precedentes, realizó un discurso de brocha gorda, negando que durante los mandatos de Aznar se cerrara ningún pozo minero, hasta que el presidente Areces, en la réplica, le mostró que estaba equivocado. Para Ovidio Sánchez, la gestión de Areces es un fracaso porque hay un paro alto y las infraestructuras están sin terminar. Con esas dos razones, tendría algún sentido que descalificara a Zapatero, pero es difícil atacar a Areces porque no se haya finalizado la autovía del Cantábrico, cuando no tiene competencia el Principado para construir ni un metro de dicha vía. La crítica a Areces sobre las infraestructuras tendría sentido sino hubiese construido la autovía minera o no hubiese convertido en autovía la antigua carretera de Gijón a Oviedo, pero esas obras hace tiempo que están finalizadas.

Al Principado hay que examinarle sobre la gestión de los servicios públicos, pero esa materia siempre se le hace muy árida a Ovidio Sánchez, que prefiere preguntar a Areces sobre el relevo presidencial sin darse cuenta que el debate sobre candidatos es un boomerang para el PP.