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Juan Neira

LARGO DE CAFE

JUNTAS Y CONGRESOS

La propuesta de Álvarez-Cascos de realizar un congreso para renovar la dirección regional, dando el voto a todos los militantes del PP, ha sido rechazada por Joaquín Aréstegui, presidente del PP de Avilés, al considerar que se trata de un procedimiento excepcional, que fue utilizado en Baleares porque se dieron unas circunstancias singulares (dimisión de Rosa Estarás y sustitución por José Ramón Bauzá, sin que votaran todos los miembros de la Junta Directiva Regional). Según Aréstegui, en el PP asturiano reina la normalidad y se deben aplicar los métodos habituales. El político avilesino abunda en los razonamientos en contra de convocar un congreso, al recordar que para organizar una cita de ese tipo tienen que pasar tres años desde el anterior cónclave.

Tres años es un plazo máximo, pero puede acortarse en función de las circunstancias. Sobre la actual crisis del PP hay muchas opiniones, variadas y enfrentadas, pero nadie sostiene que la organización atraviesa un periodo de normalidad. La división del partido es muy acusada y la paralización de los órganos del partido es incuestionable. Aunque nada tan llamativo como la dejación de funciones de Ovidio Sánchez, que ha puesto de forma caprichosa la organización en manos de Gabino de Lorenzo. Una vez que el teórico jefe del PP asturiano fue llamado a Madrid, y tras la entrevista con Rajoy no se recondujo la situación, quedan sólo dos vías para restablecer el orden: nombrar una junta gestora o convocar un congreso. O las dos cosas a la vez, que sería la mejor solución. Cualquier otro método llevaría el arrinconamiento de un sector del partido. No está el PP como para dar la batalla electoral sin parte de su militancia. Ni Rajoy puede usar el dedazo ni la astracanada de Gabino de Lorenzo, eligiendo candidatos según el formato de “reina por un día”, puede devolver la normalidad a la organización.

Si se nombrara una junta gestora tendría la ventaja de cortar de raíz el desorden, a sabiendas de que la única finalidad de un órgano de ese tipo es la convocatoria de un congreso para elegir una dirección representativa. El congreso con votación de toda la militancia tiene la virtud de cargar de legitimidad al nuevo presidente. Con una división interna tan profunda, la neutralidad en la organización de un congreso (censos, convocatorias) estaría más asegurada con una junta gestora.

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por JUAN NEIRA

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