El presidente del Principado recordó dos asuntos relacionados con las cuentas regionales: la responsabilidad última sobre el proyecto de presupuestos corresponde al jefe del Ejecutivo, y el gasto social no es la única prioridad presupuestaria. ¿Es necesario explicitar lo obvio? En las dos últimas legislaturas se ha implantado una práctica contraria a la lógica, al tratar los presupuestos en dos mesas, en una se produce el diálogo entre los miembros del Gobierno y en la otra conversan las direcciones de PSOE e IU. Cuando la negociación se atasca se reúnen algunos miembros de ambas mesas para encontrar una fórmula de compromiso. Todo el proceso negociador se desenvuelve bajo la presión de IU, que busca dos objetivos: aprobar una cifra total de gasto lo más elevada posible y blindar las partidas de sus dos consejerías de cualquier intento de recorte. Durante la negociación, los representantes de IU (diputados, consejeros) están muy pendientes de la acogida que tendrá la firma del acuerdo entre sus bases. Esa preocupación no existe en el PSOE. Descrita la secuencia, queda claro que la aprobación de los presupuestos sigue en Asturias una ruta singular, en la que el Parlamento tiene un papel decorativo.

El gasto social se lleva dos tercios del presupuesto regional, una proporción más alta que en las cuentas del Estado. No cabe duda que la Sanidad, la Educación o el Bienestar Social son capítulos importantísimos, y más en una época de crisis. Sin embargo, no se puede dedicar todo el dinero disponible para atender necesidades sociales, porque los recursos del Principado también tienen que servir para relanzar la actividad económica. Sin generación de riqueza y empleo no hay forma de financiar los servicios públicos. Dedicar parte de la recaudación para respaldar la inversión productiva es tan progresista como realizar gasto social. Pese a todo ello, verán cómo la rebaja presupuestaria es mayor en inversión que en gasto social.

Ovidio Sánchez lo tiene claro: si no se recortan los presupuestos en 1.100 millones, el Principado se derrumbará. El líder del PP dice que se corre el riesgo de no poder pagar las nóminas del funcionariado. Unas manifestaciones muy preocupantes. No resulta muy coherente negarse a rebajar un cinco por ciento las nóminas de los funcionarios y pedir ahora un recorte de casi un tercio del presupuesto.