Para valorar con una cierta perspectiva los datos que arroja el sondeo electoral publicado por EL COMERCIO el pasado domingo es conveniente compararlo con los resultados obtenidos a lo largo de veinticinco años de comicios autonómicos. El porcentaje de votos que obtendría el PP con Álvarez-Cascos -47,2%- está cinco puntos por encima del mejor registro del PP, año 1995, y sólo fue superado por el PSOE en las primeras elecciones autonómicas. En aquella época, la representación política de la derecha en nuestra región era muy débil, prueba de ello es que Alianza Popular sólo obtuvo catorce escaños y que los principales municipios de nuestra región, sin excepción, contaban con alcalde socialista; el PSOE logró el 52,1% de votos en Asturias a los siete meses de llegar Felipe González a La Moncloa, apoyado por la formidable mayoría de 202 diputados. Estas consideraciones sirven para ponderar el extraordinario registro que supone el 47,25% de los sufragios que en el sondeo obtiene el PP liderado por Cascos. En cualquiera de las siete elecciones autonómicas celebradas, lograr ese porcentaje de votos significaría obtener una cómoda mayoría parlamentaria.
Un panorama completamente distinto se dibuja con el PP encabezado por Pérez-Espinosa, al lograr el apoyo de un 37,8% de los votantes, lo que supone el segundo peor resultado del PP en los últimos quince años. Ese porcentaje de sufragios también necesita ser puesto en contexto: la mayor crisis económica de los últimos ochenta años y con un nivel de paro en España muy por encima del resto de países de la UE. Si esta hipótesis acabara verificándose en las urnas, sería como para que los afiliados del PP pidieran daños y perjuicios a Gabino de Lorenzo y Ovidio Sánchez.
En el supuesto más desfavorable para la izquierda, con Cascos de candidato, el PSOE obtiene 35,5% de sufragios, lo que viene a significar el “suelo” del actual partido del Gobierno. En el año 1995, los socialistas obtuvieron 17 diputados y 34,2% de sufragios. Quiere esto decir que el PSOE obtendría, en el peor de los casos, un resultado ligeramente mejor que entonces. Excuso analizar el supuesto de medirse en las urnas con Pérez-Espinosa, porque la victoria socialista sería holgada y sumada a los escaños de IU acabaría en goleada. Recordemos una premisa inicial: se trata de la “foto” del pasado septiembre.