El calendario avanza y se suceden las maniobras preelectorales. Rodrigo Rato aboga por la candidatura asturiana de Álvarez-Cascos. Los dos gijoneses, vicepresidentes del Gobierno de Aznar, y duros parlamentarios. Tanto Cascos, como Rato, crecieron políticamente liderando la oposición del PP a los gobiernos de Felipe González. Formaban parte de un reducido grupo de dirigentes (Loyola de Palacio, Mayor Oreja, Rajoy, Acebes, Esperanza Aguirre, Ruiz Gallardón, Zaplana, Javier Arenas, Cascos, Rato) que acompañaron a Aznar a lograr los mejores resultados de la historia para la derecha. Rato apoya a Cascos, porque sabe quién es y lo que propone; otras opciones le deben resultar algo parecido a votar en blanco.
Jesús Gutiérrez, número dos del Partido Socialista en Asturias, ha pedido al PP que resuelva su dilema electoral. Los socialistas han escogido hace mucho tiempo al candidato. Formalmente, Javier Fernández ha sido nombrado cabeza de lista a mediados de septiembre, pero desde bastantes meses atrás no había dudas sobre la personalidad del candidato. Lo más importante no es proclamar a los líderes electorales con mucha antelación, sino con el respaldo de la organización, requisito que cumple enteramente Javier Fernández. En el interior del PSOE seguro que hay odios, rencillas y zancadillas, pero todos los afiliados tienen claro que el primer bien a proteger es la imagen y la cohesión de la organización. Esa es la asignatura pendiente del PP asturiano.
Desde CCOO se pide el reagrupamiento de IU y la Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda (Asciz), el grupo municipal ovetense que lidera Roberto Sánchez Ramos, “Rivi”. Los dirigentes de CCOO consideran que en Oviedo hay una ocasión de oro para la izquierda, ante la situación creada en el PP de la capital, con el electorado de la derecha divorciado de Gabino de Lorenzo. La gente de orden no entiende que De Lorenzo compare a los casquistas con los filoterroristas de la Kale Borroka. Gabino ha jugado de una forma tan disparatada en la batalla política del PP regional que ha acabado por comprometer su estatus político en Oviedo. Ahora puede que no se vea tan claro, pero después de Navidades estará en boca de todos. Como De Lorenzo ya tiene práctica en proponer candidatos, a lo mejor se anima a hacer pública otra terna en clave local.