Pilar Fernández Pardo considera que la postura del PP asturiano sobre la candidatura autonómica es nítida. La concejala gijonesa rechaza que haya negociaciones entre la dirección regional y los casquistas.
Hacía mucho tiempo que la presidenta del PP de Gijón no hablaba sobre la guerra desatada en la organización asturiana. Si se analizan, detenidamente, todos los pasos dados por Fernández Pardo en este asunto estuvieron guiados por el afán de jugar sus bazas personales sin hacer ruido. Veamos. A mediados del mes de julio, cuando la dirección regional del PP tuvo conocimiento del documento entregado por Álvarez-Cascos a Ana Mato, en el que señalaba la necesidad de celebrar un congreso del PP para enderezar el rumbo del partido, la líder gijonesa apoyó el documento redactado por De Lorenzo, en el que se descalificaba duramente a Cascos, pero sin estampar su firma. Posteriormente, cuando el bando de Gabino escogió una terna de candidatos, la concejala gijonesa sí salió en la foto, con el indudable y natural propósito de ser elegida candidata. Luego, tuvo que sufrir las consecuencias del proceder astuto del alcalde de Oviedo, que filtró el nombre de Isabel Pérez-Espinosa a Madrid, y puso a Fernández Pardo ante el brete de tener que aceptar una solución ya cocinada. Luego, la concejala se reubicó como líder municipal retirándose de la primera línea de fuego. El horizonte político de Fernández Pardo pasa por ser elegida candidata a la Alcaldía al frente de una lista de militantes afines, y esperar el dictado de las urnas. Una vez que la dirección regional ya ha puesto en práctica una estrategia “anticascos”, a la concejala gijonesa le interesa jugar un papel secundario, concentrándose en la batalla municipal ¿Qué sentido tiene esta nueva salida a la palestra?
Desde el propio grupo municipal del PP hay hilo directo con Iglesias Caunedo, lugarteniente de Gabino, así que pudo ser una petición del alcalde. De Lorenzo se ha quedado sólo dando mandobles dialécticos al bando de Cascos, con el único apoyo de una carta que lleva la firma de Jaime Reinares. De ser así, no ha logrado su propósito el alcalde ovetense, porque las palabras de Fernández Pardo han sido muy convencionales y no aportan ninguna novedad. Tiene razón Pilar: no hay negociación entre los casquistas y la dirección regional, porque ese órgano está muerto.