La inversión del Principado el próximo año no va a llegar a la cifra de 1.000 millones de euros. El Gobierno regional mantiene su voluntad inversora, pero la capacidad de endeudamiento tiene un techo más bajo que en anteriores ejercicios y la recaudación tributaria ha descendido. Elena Salgado ha limitado aún más el recurso de la deuda, fijándolo en el 1,3% respecto al PIB, lo que supone reducir el crédito en 300 millones sobre el pasado año. Por otra parte, la merma en los ingresos tributarios y las devoluciones al Estado reducen la capacidad de maniobra del Principado. Con respecto al ejercicio de 2009, el Gobierno regional contará con 500 millones menos en caja y en vez de poder endeudarse por valor de 600 millones, lo hará por la mitad.
Ante este panorama, la inversión descenderá, pero también lo debe hacer todo el gasto presupuestario. La Consejería de Salud es la que siempre tiene una mayor presión al alza; sin embargo este año tiene una gran oportunidad de estabilizar sus presupuestos, porque por primera vez en la historia ha disminuido el gasto en farmacia y los 14.000 empleados han visto recortadas sus nóminas. Para que la factura final no crezca basta con controlar el resto de partidas del gasto corriente. En Industria, Cultura o Infraestructuras no hace falta realizar un control especial, porque los titulares de esos departamentos llevan sacrificándose desde que empezó la crisis económica. En Educación no será difícil reducir el gasto, una vez asumido que los programas (apertura de centros, bibliotecas, apoyo a la diversidad) que se implantaban van a perder fuerza, y los institutos y colegios se las tendrán que arreglar a base de voluntarismo. Un programa de austeridad radical consiste en eso: hacer lo mismo con menos recursos, supliendo con vocación y sacrificio lo que antes se lograba con más financiación.
Resta por ver lo que pasará con las consejerías de IU. Los dos socios del Gobierno están en plena fase de negociación secreta. Es probable que los dos departamentos de IU no pierdan un euro en el regateo de partidas. Por encima del objetivo de reducir el déficit y relanzar la economía, está el éxito político de hacer una foto entrelazando manos Gobierno y partidos, con sonrisas de oreja a oreja, sin reparar si alguno se ha dejado un ojo en el transcurso de la negociación. Así es la política asturiana.
