Ante las manifestaciones de Chaves sobre la productividad de los funcionarios, Ana Rosa Migoya ha aclarado que en Asturias hace tiempo que se aplica en la nómina de los empleados públicos. La consejera portavoz del Gobierno ha explicado que el Principado tiene en cuenta la asistencia de los funcionarios a cursos de formación, la dedicación que prestan a su tarea y el trabajo por objetivos, para establecer el sueldo de los empleados.
Las normas que rigen la función pública asturiana son semejantes a las del resto de comunidades autónomas. La legislación básica sobre la función pública es de competencia estatal, así que los incentivos que se aplican a los funcionarios asturianos guardan gran parecido con los que están en vigor en el resto de territorios. Sobre la productividad hay una gran confusión. Una cosa es lo que se entiende por productividad en las empresas privadas y otra muy distinta a lo que se llama productividad en la Administración. En ninguna empresa los trabajadores cobran más por ir a cursos de formación; en la Administración la asistencia se valora en forma de puntos, y los puntos dan acceso a un nivel salarial superior. En la Administración el bajo absentismo es, con frecuencia, motivo de remuneración, mientras que en la empresa privada nadie cobra un euro más por cumplir con la obligación elemental de ir a diario al trabajo.
La modernización de la Administración y la mejora de su funcionamiento están presentes en los discursos políticos desde hace 30 años, pero los pasos dados han sido muy modestos, y casi siempre provocados por avances tecnológicos, no por decisiones políticas. Se incrementó el número de funcionarios, se multiplicaron los cargos de confianza, y crecieron exponencialmente los circuitos burocráticos. Pero, hasta la fecha, nadie se ha atrevido a convertir la Administración en algo menos pesado y más operativo. Los cuerpos o escalas funcionariales son unos compartimentos rígidos y están remunerados por conceptos tradicionales. Es más, se ha diseñado una carrera profesional para sanitarios y enseñantes que no tiene nada que ver con la retribución por la eficacia terapéutica ni con el mayor aprendizaje del alumnado. Gobiernos y oposiciones no discuten sobre la Administración, se conforman con sustituir a los funcionarios de confianza.