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Juan Neira

LARGO DE CAFE

LAS TRES VÍAS DEL PP

La reunión de la gran mayoría (diez de doce) de alcaldes asturianos del PP con Álvarez-Cascos, en la sede del partido en Siero, ha servido para que los regidores transmitieran al político gijonés el sentir de afiliados y electores, así como su deseo de que la dirección nacional del PP tome una decisión sobre la candidatura asturiana, valorando el coste tremendo que tendría para la organización una opción equivocada. Los alcaldes temen, también, que el extravagante proceder de Gabino de Lorenzo tenga una repercusión muy negativa en los comicios ovetenses.

Álvarez-Cascos ya se entrevistó con alcaldes a lo largo del último año, a petición de distintos regidores. Una cita la tuvo con Avelino Sánchez, alcalde de Llanera, en el mes de febrero, y otra con Gabino de Lorenzo, en marzo. Ayer, el ex ministro recordó a los regidores la doctrina de cualquier partido sensato: apoyo a los alcaldes que ganan elecciones y reorganización del partido en los concejos que se sufren batacazos electorales. Si este procedimiento se hubiera llevado a cabo, hace ya mucho tiempo que se hubiera renovado la dirección regional del PP.

Dos bandos

La batalla entre los dos bandos ya está agotada. Son suficientemente conocidos los argumentos de unos y otros. El ex ministro conoce el apoyo de las bases del partido, y a estas alturas de la batalla tiene un compromiso moral con la gente que viajó a Valencia de Don Juan, con los que llenaron el auditorio de Oviedo, con los que mandan mensajes a cualquier hora del día y de la noche, con los que recogieron miles de firmas, con los que firmaron en los pliegos, con los diputados que se enfrentaron a Ovidio Sánchez, con los alcaldes, y sobre todo, con miles de electores de la derecha, que tras sufrir un sinfín de derrotas percibe que esta vez tiene ante sus ojos una oportunidad histórica.

En los últimos once años, Ovidio Sánchez perdió todos los comicios que tuvo ocasión de perder, y cuando el partido presentó a Gabino de Lorenzo a recoger votos por la región obtuvo una derrota más abultada que las de Ovidio. Esa es la situación de la derecha en Asturias.

Álvarez-Cascos entregó a los alcaldes el documento que puso en manos de Ana Mato, el pasado 21 de junio, en él que se señala que el método para ganar las elecciones conlleva la regeneración del partido a través de un congreso con voto directo y secreto de toda la militancia. Es evidente que aceptar ir de cabeza de lista, con todo el aparato del partido a la contra y llenando la candidatura con gente de probada deslealtad, es propio de ingenuos.

Frente al sentir de los alcaldes, el compromiso moral de Álvarez-Cascos y el sistema que propone para solucionar la controversia, se alza la visión del oficialismo, liderada por Gabino de Lorenzo, que consiste en justificar el veto al ex ministro sobre el consenso de un grupo de notables, cuyas figuras más destacadas son el propio alcalde de Oviedo, el presidente del partido, la líder de la oposición municipal de Gijón (Pilar Fernández Pardo) y el presidente del partido en Avilés (Joaquín Aréstegui). El cuarteto citado argumenta que habla en nombre de una mayoría abrumadora del partido, pero tiene buen cuidado en no pulsar el parecer de sus bases municipales, dando por supuesta la delegación de poder. La negativa a reunir los órganos del partido para hablar sobre la candidatura tiene que ver con el miedo a abrir la discusión a más dirigentes que la peña de Gabino de Lorenzo y sus invitados: Sánchez, Pardo y Aréstegui.

De Lorenzo impuso el nombre de Isabel Pérez-Espinosa, como candidata del oficialismo, pese a que la concejala ovetense no contaba con el apoyo de Pardo y Aréstegui, de ahí que para llegar a un nombre hubo que crear primero una terna. Pérez-Espinosa empezó una especie de precampaña electoral que en unas semanas pasó de la rotundidad a la ambigüedad, de tal forma que por sus declaraciones parece una candidata a insertarse en la lista de Cascos. Una perspectiva inteligente.

Apoyos

Esto es lo que hay. Los dos bandos hicieron ya todo lo que estaba en sus manos, ahora le toca decidir a Rajoy. Fuera de Asturias, todos los dirigentes del PP conocidos, empezando por los presidentes autonómicos (Feijoo, Aguirre, Sanz, Herrera), la dirección nacional (Arenas, Mato, González Pons) y la vieja guardia (Aznar, Rato, Oreja, Fraga) apoyan a Cascos. Después de leer muchas declaraciones de Dolores de Cospedal, cabe intuir que a la secretaria general del PP nacional no le provoca, precisamente, un gran entusiasmo la candidatura de Cascos. Descrito el contexto, dudo mucho que la opinión de la futura candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha tenga la capacidad de convertirse en un veto. En cuanto a Pérez-Espinosa, no se le conocen apoyos fuera de la región, aunque en su descargo hay que decir que para encontrar apoyos fuera de Asturias hace falta previamente ser conocido.

La dirección nacional puede seguir dos procedimientos para cerrar el conflicto y mantener la «chance» en las elecciones de primavera. La vía más recta es el congreso con participación de toda la militancia. El calendario corre en contra para seguir esa vía. La convocatoria debería ser en los próximos días y las riendas del congreso tendría que tomarlas la dirección nacional para garantizar la imparcialidad. La segunda vía supone interpretar el clamor de la mayoría y partir del único candidato sólido, para proceder luego a definir candidaturas de integración, tanto en el Principado como en los principales ayuntamientos, sabiendo que tiene que haber sacrificios, reubicaciones y novedades. Todo ello a base de mucha cocina por parte de la dirección nacional. La tercera vía conduce al abismo.

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por JUAN NEIRA

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