Cargos electos del PP asturiano en las instituciones del Estado, del Principado y los ayuntamientos, así como miembros de setenta y tres juntas locales, han entregado una carta a Mariano Rajoy y Ana Mato demandando la realización de un congreso en el PP asturiano para superar la situación excepcional que atraviesa la organización, dado que no se reúne la junta directiva regional ni el comité ejecutivo regional ni la junta local de Oviedo. La responsabilidad de esta situación la achacan a Ovidio Sánchez que ha hecho dejación de funciones, permitiendo que Gabino de Lorenzo dirija el partido desde el Ayuntamiento de la capital. Deploran la vulneración de los estatutos realizada por el comité electoral regional, con falsificación de actas y firmas, y los insultos dirigidos a Álvarez-Cascos.

Todo lo que contiene la carta es muy conocido. El máximo órgano del PP asturiano no se ha reunido ni una vez desde el último congreso. La junta local de Oviedo no se ha convocado en toda la legislatura. De Lorenzo no sólo marca directrices y estrategia, sino que organiza comidas informales donde se toman decisiones transcendentes como elegir al candidato/a que optará a la Presidencia del Principado. Hechos similares no ocurren en ninguna organización del PP, pero el alcalde de Oviedo es así y el PP regional prescinde de órganos colegiados para convertirse en un traje a la medida de Gabino de Lorenzo. En otras comunidades autónomas esa forma de proceder sería tipificada de falta grave, porque choca frontalmente contra los estatutos, pero en Asturias no ocurre nada.

Los hechos son conocidos, pero lo novedoso es que 200 destacados miembros del PP le digan a Rajoy que debe organizarse un congreso la misma semana que el presidente del PP rechazó esa alternativa. La carta es muy respetuosa con el líder nacional del partido, pero le recuerda que para salir del carajal en que está metida la organización asturiana la mejor solución es el congreso que acaba de descartar. Corolario: la carta evidencia que el PP regional está dividido, pone en manos de Rajoy la responsabilidad de la solución que se adopte y evidencia que en Nochebuena la tropa está movilizada. Cualquier cosa menos aprovechar los días sin periódico para legalizar la ilegalidad y poner a todos ante hechos consumados. El futuro puede ser, aún, peor que el presente.