La Junta General del Principado aprobó el presupuesto para el año 2011. Primero se rechazaron las enmiendas totales y, luego, se laminaron las enmiendas parciales. Una mañana duró el debate sobre estas últimas, reservando tiempo para votar y desear parabienes para el próximo año. La ceremonia se ajustó rigurosamente al esquema prefijado que convierte en mero trámite el debate parlamentario. El auténtico debate, lleno de enmiendas y discusiones, se produjo en el seno del Gobierno, en el que IU ejerció de oposición y los socialistas oficiaron de Gobierno. Lo primero que hizo la oposición de IU fue tirar por la borda el techo de gasto fijado por Areces y Rabanal que oscilaba entre los 3.800 y 3.900 millones. Superado ampliamente la cifra psicológica de los 4.000 millones, hubo que acomodar cantidades extraordinarias para todos los entes que gobierna IU, desde las dos consejerías, hasta empresas públicas y ayuntamientos.

Simultáneamente, tanto Areces como Rabanal tuvieron que usar la tijera con las consejerías socialistas, porque por mucho que se inflen las cifras no se puede caer en la más absoluta irrealidad. En Cultura o Administraciones Públicas ya están acostumbrados, pero lo más duro fue para Sanidad y Educación, que por primera vez cuentan con bastantes menos recursos que hace un año ¿En qué otra región pierde recursos Sanidad para ganarlos Bienestar Social y Vivienda? La operación de encaje de las cifras requirió de gran imaginación, hasta el punto de asumir que el Principado venda viviendas a una empresa pública del propio Principado, que a su vez piensa enajenarlas a arrendatarios con pocos recursos. ¿Qué banco o caja va a dar el oportuno crédito hipotecario?

De esto no se discutió en público, porque el proceso de gestación de presupuestos es opaco, como gusta a los estados mayores de los dos partidos de izquierda. Para que todo sea un despropósito, el PP colaboró agitando unas cifras absurdas: en ninguna comunidad se aprobaron las cuentas con un recorte del 25%. El público asistió indiferente a todo el proceso, descreído de todo lo que se elabora en secreto. La ceremonia ha sido calcada a la de anteriores años. La opinión pública asume que el presupuesto no es fruto de una coalición, sino de una extraña ‘UTE de fines públicos’, en la que IU da los votos a cambio de recursos para sus entes.