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Juan Neira

LARGO DE CAFE

OPCIÓN PP

Tras las visitas de Dolores de Cospedal, González Pons y García Escudero, le tocó el turno a Soraya Sáenz de Santamaría, que cumplimentó a Gabino de Lorenzo en el Ayuntamiento de Oviedo e intervino en el mitin organizado en Gijón, al que asistieron 300 personas. La portavoz del PP en el Congreso de los Diputados realizó una intervención marcada por la agenda parlamentaria, con alusiones al desempleo, la energía nuclear, la subida de la luz, la reforma de las pensiones, etcétera. Gran variedad en los asuntos abordados y un blanco para todas las críticas: Zapatero. Como en el Congreso de los Diputados hay sesiones semanales de control al Gobierno, Sáenz de Santamaría recordó todos los asuntos que debaten con el presidente. Es un guión que la portavoz conoce de memoria y encontró oportuno repasar horas antes de que recalara Zapatero en nuestra región.

La diputada del PP no nombró a Álvarez-Cascos, aunque dijo que en el PP todos “somos prescindibles”. Han repetido tanto este argumento los dirigentes del PP, en lo que va de año, que deberían recurrir a la escolástica y dejar la jerga de los prescindibles para hablar de contingentes, y entonces estaríamos todos de acuerdo. Diga lo que diga Sáenz de Santamaría, Rajoy o Esperanza Aguirre son dudosamente prescindibles, mientras que ambos, como el resto de la humanidad, son contingentes. Entre Bertolt Brecht y Santo Tomás, yo creo que el PP debe reivindicar al segundo.

La estrategia electoral del PP descansa en dos apoyaturas: el desembarco de los líderes nacionales en nuestra región y el intento por reducir las distintas convocatorias electorales a una sola urna. El PP trata de unificar las elecciones municipales, autonómicas y generales, de modo que derrotado Zapatero (el punto débil del PSOE, por excelencia) ganaría todas las alcaldías y gobernaría en todas las regiones. Si logra que los electores se olviden de los candidatos autonómicos y locales, y piensen fijamente en Zapatero, la victoria del PP se extenderá por todos los rincones de España. En Asturias, hace falta añadir otro elemento a la estrategia del PP: la fe ciega en el bipartidismo. Lo expresó muy bien Pérez-Espinosa, “sólo existen dos opciones”. El miércoles pasado, en una pequeña localidad rural asturiana y con el mejor equipo de fútbol del mundo en televisión, 700 personas escuchaban a Cascos.

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por JUAN NEIRA

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