La Audiencia Provincial ha decidido conceder la libertad provisional a Riopedre, previo depósito de fianza, y mantener en prisión a Otero y Renedo. El Ministerio Fiscal había solicitado el mismo régimen de internamiento para los tres imputados, pero la sala de la Audiencia ha distinguido entre Riopedre, por un lado, y la exdirectora general y la exjefa de servicio, por el otro. El auto da cobertura a las decisiones tomadas por la jueza y por la fiscal, pero introduce matizaciones de interés, al considerar que no hay riesgo de que vuelva a delinquir Riopedre y al señalar que la capacidad de obstruir la investigación está muy atenuada; mientras la fiscal no veía impedimento de salud para que el exconsejero continuara en prisión provisional, dado que no va a realizar esfuerzos físicos, el auto de la sala recuerda el «pálido rebaño de enfermedades», como diría Quevedo, que acompaña a Riopedre: diabetes, cardiopatía (marcapasos, bypass), para concluir que puede ir a su casa si deposita 100.000 euros. De una forma fina, muy matizada, y respaldando a la jueza y al Ministerio Fiscal, la Audiencia viene a coincidir con lo que piensa mucha gente: Riopedre puede quedar en libertad hasta que empiece el juicio.

Las imputaciones penales se basan en la participación del exconsejero en una trama montada para manipular concursos públicos, beneficiando a determinadas empresas. Esto es muy grave y el código penal lo castiga con cárcel. Esa será la materia a dilucidar en el juicio. Ahora bien, desde un punto de vista social, la erótica de la corrupción no está en las empresas que reciben encargos, sino en la parte del botín que se llevan los políticos para casa. De ahí el popular calificativo de «chorizos». En este punto, aunque sea un simple auto sobre las cautelas a tomar con los imputados, sin vocación de emitir sentencia, llama la atención que de Riopedre se diga que participaba en el entramado delictivo, por precio o recompensa en especie. Sin más. Mientras que de Renedo se dice que consiguió mucho dinero con los hechos delictivos. Y de Otero se asegura que recibía de las empresas beneficiadas importantes sumas de dinero que ingresaban en sus cuentas bancarias o en empresas en las que participaba.

Soy consciente de que una autoridad que prevarica merece cárcel, pero tiene mucho interés social comprobar si Riopedre se enriqueció o no.