Mitin en Avilés con la presencia de José Antonio Alonso. El portavoz parlamentario del PSOE aseguró que Zapatero renunció a la reelección porque creyó que «ocho años eran bastantes». Luego calificó de bochornosa la pasividad del PP durante la crisis económica. Todo el mundo, menos Alonso, sabe que Zapatero lo deja por el rechazo de los ciudadanos, no por los años que lleva en el poder. En cuanto a Rajoy, es cierto que no se ha implicado en un plan contra la crisis, pero también hay que decir que durante los dos primeros años de la legislatura Zapatero se sintió cómodo apoyado por los sindicatos y los grupos parlamentarios de izquierda. Las culpas están repartidas.
En el mitin intervino Javier Fernández que emitió tres juicios muy interesantes, dando cada uno de ellos da para una larga reflexión. Según el líder socialista, «en la derecha son menos, pero suman más». Quiere decir que hay más ciudadanos de izquierda que de derecha, pero que los de izquierda están más tentados a la abstención, mientras que los de derecha votan siempre a sus opciones políticas aunque les defrauden. Dicho de otra manera: los votantes de izquierdas son más exigentes, mientras que los de derechas se dejan llevan por la ideología, hagan lo que hagan sus representantes. Creo que no es así. Depende de la coyuntura. La derecha se sintió defraudada por Adolfo Suárez y se alejó en masa, dando el Gobierno a Felipe González. Ahora la situación es la inversa y la pésima gestión de la crisis, realizada por Zapatero, puede dejar en casa a la izquierda.
«La derecha no se separa por ideas, sino por intereses distintos». Esta afirmación la realizó Javier Fernández, al hilo de la ruptura entre el PP y Foro Asturias. Cualquier que haya analizado las crisis en los partidos de izquierda verá que son simétricas a las rupturas en la derecha. En todas ellas, las personas son la clave. Ya sé que no es muy marxista esta afirmación, pero donde mejor se puede ver esto que digo es en los grupos muy ideologizados, donde parece que mueren por los conceptos, pero en realidad matan por las poltronas. Verbigracia: todas las luchas en IU fueron por el poder. Lo que ocurre es que la izquierda tiene un discurso muy elaborado sobre los intereses generales que oculta las miserias personales. Dejo para otro día, la reflexión sobre la «marca Asturias» y Alfonso II, que deslizó el candidato socialista.