El último día de la campaña electoral saltó la bomba informativa con las manifestaciones de Gabino de Lorenzo diciendo que en caso de ser Foro Asturias el partido más votado, posiblemente el PP podría llegar a un entendimiento con Cascos. Luego, el alcalde de Oviedo emitió un comunicado diciendo que no era real el supuesto planteado y que la decisión le correspondería a Pérez-Espinosa y a la dirección regional del PP. Un político de la experiencia de Gabino de Lorenzo no comete un desliz el último día de campaña. Javier Fernández lo interpretó certeramente, “Gabino sacó la bandera blanca”. El mensaje del acalde es obvio: ofrezco apoyos regionales a cambio de apoyos municipales. Más que una oferta parece una llamada de socorro. Unas horas más tarde, desde el palacio de Calatrava, Álvarez-Cascos realizó un duro retrato del acalde de Oviedo haciéndole responsable de la degradación de la vida política en la capital. Devolución del mensaje: les toca hablar a los ciudadanos, no es tiempo de componendas.

El cierre de campaña en Oviedo fue muy extraño. El alcalde de la capital se fue a un mitin al municipio de Llanera, en compañía del también alcalde y amigo, Avelino Sánchez. El día que Cascos organiza el gran mitin en Oviedo, De Lorenzo marcha a otro ayuntamiento para pedir desde allí que lo voten en su ciudad. El comportamiento electoral más atípico que pueda uno imaginar. La candidata del PP al Principado cerró campaña en un hotel de Gijón, renunciando a un acto masivo, como los que realizaron Foro Asturias en el Palacio de Calatrava y el PSOE en el pabellón deportivo de Coto-Ceares.

Álvarez-Cascos reservó para la última semana de campaña sus tres principales actos públicos, en Gijón, Avilés y Oviedo. Los socialistas hicieron lo propio con Rubalcaba y Alfonso Guerra. Los otros partidos quedaron en un segundo plano. Una cosa son los mítines y otra los votos, pero el seguimiento del público a los actos de los partidos indican las preferencias de la gente. El cierre de campaña socialista, en el pabellón de deportivo Coto-Ceares, fue muy concurrido, porque había interés en oír a Alfonso Guerra. En ese mismo escenario, el pasado lunes, Álvarez-Cascos congregó a más gente. En cualquier caso, viendo los mítines de la última semana, tal parece que la disputa electoral es cosa de dos. Aunque las urnas pueden corregir las apariencias.